Un punto que puede valer una Liga

El Barça salió vivo de Mestalla en un partido que parecía tener perdido ante un Valencia muy agresivo y concentrado. Un gol de Henry dio un punto al equipo de Guardiola en el tramo final. No son los tres que le hubieran permitido soñar con lograr el título ganando en el Bernabéu la próxima semana (necesitaba la derrota hoy del Madrid en Sevilla), pero sí es válido para reafirmar su posición. El Barça se acuesta siete puntos por delante del Madrid. En el peor de los casos, serían cuatro a falta de cinco jornadas y una visita al Madrid.

Emoción hasta el final. Unai Emery corrió un riesgo de inicio al reciclar a un central como Alexis en el lateral zurdo, la zona de mayor influencia de Messi. Con Maduro y Albiol como pareja por el centro, Marchena ocupó el pivote defensivo que quedaba vacante por la lesión de Albelda. En definitiva, una pequeña revolución obligada en la zaga en el peor día, ante el mejor ataque de la Liga, quizás de Europa, posiblemente del mundo. No le salió mal el experimento. Pep Guardiola también hizo algunos cambios, pero no por obligación, sino por precaución. Sentó a Márquez, Touré y Henry pensando en el Chelsea, que visita el Camp Nou el martes, y en el Madrid, rival el próximo sábado en el Camp Nou. Touré, por ejemplo, llegaba a Mestalla apercibido de sanción y el técnico lo reservó para el clásico, aunque no hizo lo mismo con Busquets, Xavi y Eto'o, también a una amarilla de la sanción.

Muy pronto se vio que el Barça no iba a tener el alto porcentaje de posesión de balón habitual. El Valencia presionó de forma tan feroz como ordenada. Logró incomodar al equipo azulgrana. Incluso Xavi cedió el esférico en algunas ocasiones al contrario. Lo nunca visto. Pero la calidad individual siempre sale y en el minuto 23 Messi adelantó al Barça tras una gran pared con Iniesta. Dos jugadores en estado de gracia y 0-1. Villa inquietó a Valdés desde lejos y Messi puso a prueba la colocación de César antes de la media hora, momento en el que comenzaron los problemas para el Barça. Silva pidió un penalti de Alves. Villa reclamó otro de Puyol. Tuvieran o no razón los valencianistas, la clave fue que la polémica aumentó la tensión en césped y la presión en la grada. El Barça se descolocó y el Valencia creció hasta remontar el partido antes del descanso. Empató con un gol de Maduro en el 43 tras una salida en falso de Valdés en un saque de esquina. Y el 2-1 lo logró Pablo dos minutos después tras una pared con Mata, colándose por el centro de forma incomprensible entre Alves y Puyol.

El Valencia retrasó sus líneas en la segunda parte para sorprender a la contra con la velocidad de Silva, Villa, Mata y Pablo, el mejor del partido. El Barça intentó llegar a portería con su fútbol de toque, pero no lo logró hasta la entrada de Henry, sustituto de Keita. El francés probó fortuna en dos ocasiones desde lejos, obligando a César a hacer dos grandes paradas. Cuando el Barça parecía más desesperado, César falló en la salida en el saque de falta de Messi y Henry acertó a empujar el balón para lograr el 2-2. El portero del Valencia acabó cojeando con los tres cambios ya realizados, pero los de Guardiola no supieron aprovecharlo.