
Un Consejo sin Vallejo
| SEVILLA Actualizado: GuardarVienes de página 34.
De hecho, en los mentideros políticos madrileños se señaló que las preferencias de Zapatero, José Blanco y Leire Pajín se inclinaban más del lado de María del Mar Moreno. La ex presidenta del Parlamento andaluz, eterna candidata a la sucesión, había tenido que abandonar su puesto como consejera de Obras Públicas a las pocas semanas de aceptarlo para incorporarse a la Ejecutiva Federal.
Chaves dejó claro en Ferraz que, una de las condiciones para aceptar el encargo de Zapatero sería, precisamente, que el futuro presidente andaluz se decidiría, exclusivamente, en Andalucía.
LUIS PIZARRO
El partido, listo para revista
Los acontecimientos se precipitaron el Domingo de Ramos, con las primeras filtraciones sobre la remodelación de gobierno que iba a acometer José Luis Rodríguez Zapatero y en la que se incluía a Manuel Chaves. «¿Luis, eso es verdad?». La pregunta se la hicieron varios secretarios provinciales a Luis Pizarro, vicesecretario general del PSOE-A. Chaves y Pizarro optaron por pasar a la acción. Los ocho responsables provinciales fueron informados del nuevo rumbo entre el Domingo de Ramos y el Lunes Santo. Pizarro, eso sí, tenía la cocina lista para revista. Nadie en Málaga, Granada o Sevilla puso reparos. La unanimidad quedó patente en el Comité Director y en la dirección Ejecutiva Regional. También ha ayudado la convicción de José Antonio Griñán de que tiene que dar un nuevo impulso a las relaciones entre la Administración autonómica y las provincias y municipios. La descentralización, precisamente, se la ha encomendado a Luis Pizarro, como consejero de Gobernación.
JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN
El cambio tranquilo
Sin Gaspar Zarrías en una batalla que tal vez le hubiera gustado librar; sin la posibilidad de que María del Mar Moreno u otra sugerencia llegada desde Madrid, Manuel Chaves siguió sopesando, aunque cada vez con las ideas más claras. La negativa coyuntura económica, en este caso, sería un aval. Porque nadie mejor, a juicio de Chaves, para retornar a la senda del crecimiento que el hasta ahora vicepresidente económico, José Antonio Griñán, todo un binomio entre experiencia y preparación.
Pero su longeva trayectoria política e institucional se podía asimilar con cansancio. Griñán, en privado, siempre ha unido sus pasos en políticas a los de Manuel Chaves. Eso hacía suponer que, como en el caso de Gaspar Zarrías, si se iba Chaves, también se iría Griñán.
Pero estas reglas variaron sustancialmente, ya que iba a ser el propio Chaves quien le pidiera a Griñán que abanderase esta nueva época. Tocaba discernir otra cuestión. ¿Candidato provisional o a medio plazo? Griñán puso dos condiciones previas a su nominación: no quería injerencias a la hora de conformar su Ejecutivo y su horizonte debería ir, al menos, hasta 2016.
José Antonio Griñán celebró el pasado viernes su primer Consejo de Gobierno como presidente de la Junta de Andalucía. La reunión, ya de por sí, lucía el ribete de histórica. Pero es que, además, se trataba del primer cónclave en 13 años que no contaba con la participación conjunta de tres ilustres de la política andaluza: Manuel Chaves, Gaspar Zarrías y Francisco Vallejo.
La inclusión en el nuevo Gobierno de Vallejo ha sido una de las últimas batallas de Zarrías. Al final ha primado el criterio de Griñán. El tono del debate, sin embargo, no ha sido tan agrio como para provocar una fractura entre ambos.