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El escritor posa junto a sus nietos y los Reyes durante el acto./ EFE
Sociedad

El Rey se despista y 'se cuela' antes que la ministra

T. G. Y.
| ALCALÁ DE HENARESActualizado:

La anécdota del día la protagonizó el Rey. En vez de darle la palabra a la ministra de Cultura (como estaba previsto en el protocolo), don Juan carlos se levantó de la silla y comenzó a leer él su discurso. Fue un lapsus que duró unos segundos, pues enseguida le advirtieron del despiste. «Se ve que...», admitió su error con un risueño y expresivo gesto.

«Autenticidad sería quizá un concepto clave en la obra de Juan Marsé, y sin duda una de las razones de la consistencia de sus personajes, del brío de sus historias o del rigor de su palabra», señaló el monarca, quien dio la enhorabuena al galardonado «por el dominio de la lengua que emana de la difícil sencillez de su prosa y por el empeño en hacer de España, con su pluma, una nación aún más solidaria, más justa y más humana».

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, comenzó su intervención aludiendo al autorretrato que Marsé escribió de sí mismo. «He aquí un hombre que espera cualquier autobús en cualquier parada, rumiando cualquier cosa. Visto de espaldas, mientras se aleja, es la mismísima imagen del pesimismo y del más celoso anonimato. Es terco y perseverante tanto en sus amores como en sus odios».

Asistieron al acto, entre otros, el poeta leonés y premio Cervantes, Antonio Gamoneda, el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, el cantautor Joaquín Sabina y los escritores Manuel de Lope, Gustavo Martín Garzo y Tomás Segovia.