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La Policía localiza en Chiclana a un asesino brasileño que se fugó hace 14 años de su país
Mató a dos compañeros de prisión durante un motín Ahora vivía en un chalé lujoso del Novo Sancti Petri
| CÁDIZ Actualizado: GuardarIrineu Martins Borges fue descubierto el pasado martes en Chiclana. Un hombre de 35 años, casado y viviendo en un lujoso chalé del Novo Sancti Petri, pero que escondía un pasado más que oscuro. Llevaba más de 14 años fugado de la justicia brasileña, aunque llevaba una vida cotidiana sin levantar sospechas hasta que su aventura acabó hace tres días.
Este brasileño fue uno de los protagonistas de un motín sangriento ocurrido el 29 de mayo de 1994 en la prisión de Ponte Nova, situada en la ciudad de Uberlandia, una de las más populosas del estado de Minas Gerais de su país. Allí había terminado por una serie de atracos que le habían valido una pena de 12 años. Esa jornada de mayo, sobre las 10:50 horas de la mañana, Irineu Martins, en compañía de otros 21 presos con los que compartía la celda común 03, asesinaron a otros dos reclusos: Claudio Manuel Alves Amorim y Eurípides Marcos Alves da Silva. Los estrangularon y apalearon, para terminar quemándolos vivos. Cuando Irineu fue interrogado aseguró que se habían vengado porque los fallecidos habían matado a otro interno meses atrás, como recoge la resolución a un recurso presentado por uno de los acusados y resuelto el año pasado por el TJMG (Tribunal de Justicia de Minas Gerais).
Ese mismo año, Irineu Martins, que estaba a la espera de ser procesado por este asunto, aprovechó un permiso carcelario para escapar del país. La Policía sospecha que pudo haberse hecho con documentación falsa para conseguir volar hasta España. Su nueva identidad no era del todo extraña para él. Utilizó el nombre y el apellido de su padre y los adoptó, en ese orden, como apellidos suyos. Se desconoce en qué fecha exacta llegó al país, aunque su primer empadronamiento consta en Marbella en 2003. Sin embargo, este periódico localizó una notificación en el Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, del 24 de septiembre de 2002, en la que se da cuenta de una sentencia por un juicio de faltas, celebrado en Aguilar de la Frontera, del que salió absuelto Irineu Martins. En esa misma comunicación se indica que el ciudadano brasileño estaba en paradero desconocido y que se recurría al BOP como fórmula de notificación. Es decir que, al menos en 2002, ya se encontraba en suelo español. Fuentes policiales también explicaron que al tratarse de un juicio de faltas, no fue detenido ni fichado, de ahí que no apareciera en los archivos de la Policía en España.
Con una identidad nueva, que le había permitido obtener permisos de residencia y de trabajo, terminó afincándose en Chiclana, donde ha ejercido de portero en discotecas y pubs. Su familia también se trasladó desde Brasil hasta Cádiz y ésa fue la pista que siguió Interpol, que ya había hecho circular años atrás una orden internacional de detención.
Esa información fue puesta en manos del grupo de localización de fugitivos de la Sección de Relaciones Internacionales de la UDYCO central; el mismo equipo que dio al traste con la fuga del polémico letrado Rodríguez Menéndez. Estos agentes tenían una primera información que indicaba que Irineu Martins estaba en Algeciras. Por eso, acudieron a los compañeros de la UDEV (Unidad de delincuencia especializada y violenta) de la Comisaría Provincial de Cádiz, que se desplazaron el pasado fin de semana al Campo de Gibraltar siguiendo las pistas que les habían proporcionado desde Madrid. Sin embargo, este trabajo de seguimiento permitió advertir que el fugitivo había fijado su residencia en Chiclana, en una lujosa vivienda del Novo Sancti Petri, que está a nombre de un familiar. Cerca de esta casa fue arrestado el martes y enviado a Puerto II. Ahora está a disposición de la Audiencia Nacional, que será la que determine con las autoridades brasileñas su extradición. En su país le espera una condena de 30 años.
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