Más lejos que Sevilla
| EL PUERTO Actualizado: GuardarMilagros Morales narra su propia odisea en los juzgados actuales. Está jubilada y necesita una fe de vida de su marido. Debe solicitar el documento en el registro civil, pero esta mañana ha esperado el autobús desde las 10 y, cuando por fin ha llegado al edificio de Las Salinas, poco antes de las 12 ya no quedaban números para esa mañana. Dos horas para llegar desde el centro a Las Salinas, cuando el autobús para Sevilla sólo tarda hora y media. A Milagros le preocupa que llegue la Feria y las vacaciones y no pueda enviar el documento a Madrid antes del 7 de mayo, fecha tope para «solucionar unos problemas con la pensión». Por eso ha vuelto a los juzgados por la tarde, pero su marido no ha podido acompañarla y tendrá que volver mañana, ya que el documento sólo se lo dan a él. «Traer los juzgados en medio de la nada, del polígono, sólo sirve para hacernos la pascua a los jubilados», critica Milagros enfadada. Ha perdido todo el día, «porque dependo del autobús y no siempre me puedo pagar un taxi, estos juzgados están lejos y mal comunicados», y regresa a casa sin el «dichoso papelito».