Angelín tuvo un sueño
Actualizado: GuardarMi amigo Angelín no nació en Atlanta, no es negro, ni tiene bigotillo, no creo que le den el Premio Nobel de la Paz (aunque el tío es un bonachón) y ni mucho menos suele conmover a las masas. Poco o nada se parece al histórico Martin Luther King, Jr. pero él también ha tenido un sueño. Una visión en una cabeza xerecista que, no hace mucho, me contaba: «Mi padre tiene un sueño, mi familia tiene un sueño, mis amigos tienen un sueño, yo tengo un sueño, todos los xerecistas tenemos un sueño y pienso que también todos los jerezanos tenemos un sueño. Es un sueño deportivo y no es otro que ver a nuestro Xerez jugar en Primera División. Sabemos que muy pocos sueños se hacen realidad, pero a este le queda tan poco para realizarse que hasta nos da miedo nombrarlo, no vaya a ser que se esfume como otras tantas veces. No obstante, esta vez parece que se cuenta con las mejores premisas para ser optimistas: una plantilla de calidad y equilibrada, consecuencia del magnífico trabajo realizado por la secretaria técnica; una dirección del equipo, que desde que se hizo cargo del mismo a mediados de la temporada pasada ha conseguido unos números de récord, sin olvidarnos la formidable preparación física que el Profe ha logrado con el equipo. Por si fuera poco, el trabajo arduo pero sin relieve mediático del personal de dirección y administración y por supuesto el trabajo del consejo con el apoyo decidido del Ayuntamiento».
Pero a Angelín se le olvidó uno de los ingredientes más importantes. La afición. Esa que tanto reclaman jugadores, técnicos, directivos y Ayuntamiento, pues sien ti, sin todos vosotros el Xerez no sería nada. «¿Porqué no se puede hacer realidad nuestro sueño? ¡Esta vez se hará realidad! ¡Forza Xerez¡». Dios te escuche.