Un milagro frente al Getafe permite al Real Madrid seguir vivo en la Liga
Higuaín resolvió en el descuento después de que Casquero fallase un penalti y Pepe cometiese una agresión que marcará su carrera
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarEl Madrid se agarra a la Liga tras uno de esos partidos indescifrables, alejado del sello de Juande. Venció por fe, por orgullo, por su carácter ganador, por Higuaín y porque, ciertamente, el Getafe se lo brindó. No le noqueó cuando le tuvo groggy en la primera parte, se dejó empatar por vez primera en un error de principiantes y falló un penalti en los instantes finales, después de que Pepe se ganase una sanción ejemplar por propinar dos patadas a Casquero, en el suelo y con el juego ya parado. El ex sevillista lanzó a lo Panenka, Iker le adivinó la intención y luego Higuaín resolvió con un zurdazo soberbio. Ganaron los blancos quizá por ese destino que podría atenazar al Barça, pero acabaron muy mermados. Robben volvió a romperse, y eso que comenzó en el banquillo, y Pepe cometió un desliz imperdonable que le pasará factura. Ni en el peor campo de regional se ven acciones tan barriobajeras como la suya. Ni la tensión ni los nervios sirven como justificación.
Juande decidió rotar, dar descanso a Robben (por algo sería) el mismo día en que también faltaban Lass, por sanción, y Sneijder, por lesión. Y apostó por Guti de inicio tras un mes y medio en la reserva. No apareció mucho el canterano, pero marcó un gol extraordinario de falta.
Si uno ve el arranque del Barça en el Coliseum y lo compara con lo ocurrido en el Bernabéu, alucina sólo de pensar que todavía hay Liga. Lo madrileños deambulaban entonces, miraban, veían de lejos a los getafenses, no hilvanaban una jugada y lo fiaban todo a su excelente racha de resultados, a su inercia ganadora, a la suerte, a alguna acción aislada.
Gago y el reaparecido Guti eran barridos por sus rivales en el centro del campo y pocas veces un equipo grande echaba de menos a un medio defensivo como el Madrid a Lass.
El Geta se subía a las barbas de su poderoso rival desde el arranque. Entre líneas, Manu del Moral fue una pesadilla para los Concha Espina.