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Dibuje su propio tebeo
Tres destacados dibujantes y profesores de cómic nos desvelan los pasos a seguir para crear un álbum con pocos medios y mucha imaginación
Actualizado: GuardarEn una clase a oscuras un proyector de diapositivas muestra en la pantalla una inmensa sonrisa. Así el experto en cómic y catedrático en Literatura francesa Antonio Altarriba explica en las horas teóricas del curso Tebeos para reír, tebeos para llorar, tebeos para pensar cómo se gestiona el espacio en una narración.
«Toda historia transcurre en un tiempo y en un lugar y las viñetas permiten organizar ese discurrir, pero también pueden existir relatos sin tiempo», explica el profesor. La sonrisa va dando paso a una feliz pareja sentada en una tetería cercana a un parque. En la ciudad todo el mundo parece acudir a sus actividades cotidianas hasta que, viñeta a viñeta, descubrimos que una gran tormenta se ciñe sobre esta urbe. Una tempestad extraña porque parece que arranca la piel a tiras a los que alcanza. «Y al final comprendemos que se acaba de lanzar una bomba atómica en el centro», concluye el ponente. Una perfecta manera de introducir a los alumnos en algo tan complejo como es el mecanismo del cómic.
«Estoy aprendiendo cómo funciona el lenguaje de las viñetas y cómo puedo explicar cosas con ellas», reconoce Endika Arteta, un joven portugalujo a quien le gusta dibujar tebeos y cuya afición le llevó a quedar finalista como mejor autor local en el concurso de cómics de su localidad. Después de aprender la historia del género, el curso ha abordado las etapas necesarias para crear una historieta, desde la idea original hasta la impresión. El objetivo es que los estudiantes acaben un tebeo original que se editará y que todo el mundo podrá ver en la página web (www.alhondigabilbao.com). Los profesores del curso, y dibujantes profesionales, Antoni Guiral, Pepe Gálvez y Jesús Redondo desvelaron en exclusiva los pasos necesarios para dar forma a un cómic.
LA IDEA
En el principio está la idea, pero según reconoce Antoni Guiral, «la verdad es que todos los cómics que se dibujan en España parten de un encargo o de una necesidad por comunicar algo». En realidad, un profesional reconocido puede ser llamado por una editorial para dibujar un álbum u ofrecer una idea puerta a puerta a las editoras hasta que alguien consienta financiárselo. «No tenemos apenas industria», añade Pepe Gálvez, «y con lo poco que tenemos lo normal es que te encarguen un producto muy determinado para cubrir una demanda». En definitiva, una motivación para sumergirse en un trabajo que es muy duro, lo mismo que uno de los alumnos, Jorge Martín Meana, ha encontrado en el curso: «una oportunidad más para dibujar».
EL GUIÓN
«Estas clases me están sirviendo de guía para aprender a escribir guiones», reconoce Antonio Garrido, uno de los asistentes. Un buen guionista describe mediante palabras qué quiere contar en la historieta. «Hay escritores que pintan lo que va a pasar en cada página, en cada viñeta incluso», reconoce Guiral. Aparte de escribir lo que los personajes van a decir, el guionista debe conocerlos íntimamente; «quién son, cómo se comportan y cómo se expresan», según Gálvez.
DOCUMENTACIÓN
Para los tres profesores esta es la fase crucial. Gálvez y Guiral, expertos en documentación tras haber llevado a cabo tácticas del 'cine-guerrilla' para su obra sobre los atentados del 11 de marzo, recalcan que hay que recorrer «in situ» los lugares que se van a dibujar después, «o a través de Internet también, pero con cuidado», matizan. Según ellos, hay que cartografiar el lugar que luego se quiere plasmar «porque nadie se inventa nada» y trazar un mapa del escenario donde se van a mover los personajes, «incluso aunque sea una historia de ficción», alertan los especialistas del género.
EL DIBUJO
Una vez trazados los bocetos previos, un 'storyboard' para situar la acción a lo largo de las páginas y creados los personajes y los ambientes a partir de las indicaciones del guionista, el siguiente paso es ya tomar los lapiceros. Se divide la página en viñetas «y básicamente se discute con el guionista», añade irónico Redondo. Intercambios de ideas para encajar las figuras en el paisaje mientras se va detallando, primero a lapicero, todo lo que el lector verá. Es la fase que todo amante del cómic desea hacer. Como reconoce uno de los alumnos: «Estoy aquí para aprender a dibujar».
ROTULACIÓN
La rotulación es el arte de dar voz a los personajes, pero situar los famosos globos o bocadillos donde vamos a encontrar el texto y rotularlos resulta más complicado de lo que parece. Hay autores que simplemente marcan dónde irá el bocadillo y escriben el texto aparte, y otros que hacen un esfuerzo por incluirlos y buscar una tipografía adecuada a su historia. «La rotulación y las onomatopeyas no son para acompañar, forman parte del dibujo final, de la narración, y su distribución en la viñeta es fundamental», explica Guiral. Los tres ponentes rechazan el uso de tipos de letras establecidos, como la Comics Sans, y apuestan por adecuar las expresiones a la historieta y no al revés.
PORTADAS
Tras dar color a todas las viñetas de nuestro tebeo y hacer las oportunas correcciones y revisiones, los profesores dan mucha importancia a la creación de una portada. «Es el primer golpe de vista», subraya Pepe Galvez, «lo que el lector se va a encontrar para valorar si adquiere o no tu trabajo». «Casi igual de importante que la contraportada», añade el resto, «así vendes tu argumento». La portada es fundamental para el resultado definitivo del proyecto, su resumen y escaparate.