LA ENTREVISTA «
Actualizado: GuardarNo debe de ser fácil ser la esposa de José María Ruiz-Mateos, pero Teresa Rivero (Jerez, 1935) no pone pegas. Ni las puso cuando él le encargó presidir un club de fútbol, algo a lo que esta mujer, madre de trece hijos y madre espiritual del imperio Rumasa, se prestó «por echar una mano». No sabía nada del negocio y lleva 16 años.
-Decía un paisano suyo, y colega mío, que para vivir bien en Jerez o eres Domecq o eres caballo.
-Ja, ja... No es verdad. Yo, aunque llevo cuarenta años viviendo en Madrid, voy mucho a mi ciudad y creo que se vive muy bien.
-¿Cómo se dejó convencer para presidir el Rayo Vallecano?
-A mí no me gustaba nada, pero había que echar una mano y ya empecé a ver fútbol, a leer de fútbol, a hablar con gente de fútbol. Y le he cogido gusto, la verdad.
-¿Había pisado un campo antes de tener uno a su nombre?
-Una vez que un empleado de mi marido nos invitó en Murcia y me aburrí muchísimo.
-¿Y ahora ya entiende de fútbol?
-No. Bueno, entiendo un poquito. Me paso el fin de semana viendo partidos por la tele, leo los periódicos...
-Dicen que trata a los futbolistas del Rayo como a hijos.
-La mayoría son jóvenes y me ven como una madre, sí.
--Y ahora, a volver a Primera.
-Sí, pero está muy difícil. Hay muchos aspirantes, incluido el de mi pueblo, ja, ja.
-¿Cuántas horas pasa en el club al día?
-No voy nunca. Allí ya hay gente trabajando. Yo no tengo nada que hacer, a no ser en la época de fichajes.
-¿Habla con el entrenador?
-Sí, claro. Alguna vez le comento no entiendo por qué has hecho ese cambio y cosas así. Y él me lo explica muy amablemente.
-¿No se le parte el alma cuando tienen que echar a uno en una temporada?
-No se me olvidará el primero, David Vidal. Me llamó mi marido y me dijo tienes que decirle que no puede seguir, y a mí me costó muchísimo. -¿Reza por el Rayo?
-Claro que sí.
-¿Y cree que Dios se preocupa del fútbol o mirará para otro lado?
-Siempre que tú reces por una intención buena... Yo rezo y Dios llevará luego las oraciones por donde más convenga.
-¿Ha casado ya a todos los hijos?
-Pues no, aún está con nosotros el pequeño. Vamos, que tiene ya 31 años, pero es el chico..
-Porque usted no toleraría una pareja de hecho...
-No habría más remedio. No está en los principios nuestros, no cabe duda, pero bueno... en la vida hay que ser comprensivo.
-¿Y con un hijo gay?
-Pues lo mismo. Comprensión. Aceptarlo como tal.
-¿Poner su nombre a un estadio es pecado de soberbia?
-No, porque no fue cosa mía. Fue cosa de mi marido. Y la gente votó a favor. Y lo agradezco.
-Para vivir en La Moraleja ha caído usted bien en Vallecas.
-Siempre me he sentido muy querida.