La nueva temporada
Actualizado:La semana que empieza será decisiva para la configuración del nuevo Gobierno andaluz, que se espera inminente una vez celebrada la investidura de José Antonio Griñán como nuevo presidente de la Junta, el martes y el miércoles. Los rumores múltiples pertenecen a la escala de la lógica, porque el aún candidato es en extremo cauto a la hora de moverse y trabaja encerrado con su equipo, Carmen Martínez Aguayo, José de Haro, Antonio Ávila, en la redacción del discurso de investidura, y quienes pueden saber algo se mantienen muy respetuosos con el cumplimiento de los plazos y el respeto a los procedimientos. De momento, en el PSOE la sensación dominante es de una enorme tranquilidad por cómo se ha resuelto la que a priori parecía complicadísima salida de Manuel Chaves de la presidencia de la Junta, tras 19 años en el cargo.
Se sienten muy satisfechos por la acogida que ha tenido el relevo, tanto entre la opinión pública como dentro del propio partido, donde permanece el miedo a que vuelva una fractura como la vivida en tiempos pasados. Pero no se ha oído una voz más alta que otra ni en el debate interno ni en las reacciones de los principales afectados: Zarrías y Mar Moreno sobre todo. Hay incluso en algunos altos cargos una cierta emoción y reconocimiento por lo que consideran que ha sido una gran muestra de generosidad del ya ex presidente, al aceptar la propuesta de Zapatero de marcharse a Madrid a ocuparse de arreglar el desaguisado abierto en el plano autonómico, que no será una tarea fácil ni grata. La misma sensación se extiende a Griñán, quien hace apenas dos años pensaba en retirarse y dedicarse unos años a publicar libros o volver a su profesión y asegurarse una mejor jubilación. El nuevo candidato también tendrá que enfrentarse a la situación más compleja y crítica de las que se han dado en las últimas épocas, porque se refiere a lo que realmente importa, que es la calidad de vida de los ciudadanos, su empleo y su futuro.
Por todo ello, no se espera que el debate de investidura sea fácil para el candidato, aunque será apasionante para los que lo sigamos. En el PSOE confían mucho en la capacidad de Griñán y en su perfil para recuperar voto profesional urbano, que es el gran problema electoral que tienen planteado.
Pese a tanta expectación, lo más posible es que no haya grandes novedades. No se producirán cambios en el partido ni habrá congreso extraordinario. El ordinario será en julio de 2012, de modo que se confirma el cartel de Griñán para las próximas elecciones. Tampoco se prevé una composición del nuevo Gobierno que no atienda lo que dentro se llama el equilibrio territorial, o sea que todas las provincias estén representadas con alguna cartera. Su número no se reducirá drásticamente ni se va a revolucionar el esquema, en principio, salvo los ya anunciados refuerzos del área económica y de la educativa. Como no parece factible la rumoreada unificación de Medio Ambiente y Agricultura.
En este contexto, lo que más morbo despierta es si Luis Pizarro estará o no en el Ejecutivo y si ocupará Presidencia o Gobernación. Para mí que pasa como lo que decía el Quijote: no importa donde pongan la presidencia, siempre estará donde yo me siente. O sea que la cartera no le va a añadir más poder del que ya tiene hoy por hoy.
Así las cosas, se trata de que pase pronto y se comience a poner manos a la obra, que hay mucha y muy urgente tarea por resolver porque la situación empeora y no hay tiempo para entretenerse.