Educación atiende en sus casas a nueve alumnos que no pueden ir al colegio
Son niños y adolescentes con problemas de salud que les impiden asistir a clase «Relacionarlos con otras personas y que estén ocupados es terapéutico»
| JEREZ Actualizado: GuardarNueve alumnos jerezanos reciben actualmente clase en sus hogares ante la imposibilidad de acudir al colegio como el resto de sus compañeros. El servicio de atención domiciliaria que presta la Delegación Provincial de Educación cubre la demanda de estas familias con profesores propios y con la colaboración de la ONG Save The Children que, a nivel andaluz, mantiene un convenio de cooperación para este recurso.
«Los alumnos de Primaria están atendidos por una sola persona mientras que los de Secundaria, a partir de 3º, disponen de dos personas: una para las asignaturas lingüísticas y otra para las científicas», explicó la coordinadora de Educación Compensatoria en la provincia, Ana de la Herrán. Son las familias, a través de los centros escolares, las que solicitan este servicio que se puede prolongar durante un tiempo limitado o incluso todo el curso escolar. «Les explicamos cómo va a funcionar y que no deben dejar solos a los niños con el voluntario. El profesor de atención domiciliaria es el que se pone en contacto con el centro para coordinar el trabajo», continuó la responsable.
Este servicio se pone en marcha cuando el médico ha dictaminado que el alumno va a estar más de un mes sin poder asistir al colegio. Así, entre los casos de niños jerezanos atendidos (entre los que hay cinco alumnos de Primaria, tres de Secundaria y uno de Educación Especial) puede haber problemas severos de salud -como cáncer o linfomas- y convalecencias traumatológicas -por accidentes u operaciones quirúrgicas-. «En muchas ocasiones, son alumnos que van y vuelven al hospital, por lo que trabajamos también estrechamente con las aulas hospitalarias. La intención es que el alumno, en la medida de lo posible, no pierda el curso». Se han dado casos en los que, al día siguiente de salir del Hospital, el profesor acudía a casa del menor. «Ya no tienen que volver a solicitar el servicio sino que, una vez que se ha atendido, seguimos su situación ante posibles recaídas».
Más allá de los libros
Además de la función pedagógica, la labor del profesor de atención domiciliaria va más allá. «El tener a los niños ocupados y en relación con otra persona que lo pone en contacto con su medio natural, que es el colegio, es casi terapéutico», añadió De la Herrán.
Entre los voluntarios «hay estudiantes, señoras y profesores que dedican a esto su tiempo libre. Los problemas surgen cuando el alumno vive en un pueblo pequeño y alejado de las ciudades. Hemos tenido a un niño en una pedanía de la Sierra y el profesor destinado a la zona de Jerez iba a atenderlo dos días a la semana», explicó la responsable, que recordó que «se atiende a todos los alumnos en edad de escolarización, sean de colegios públicos, concertados o privados».
Para el profesor, «la atención domiciliaria es una labor estimulante y reforzante porque uno sabe que lo que está haciendo merece la pena».
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