Obama visita a sus vecinos del sur

El presidente más popular del momento, Barack Obama, comenzó ayer en México su primera visita oficial a un país latinoamericano. Los mexicanos esperan que en sus 20 horas de estancia pueda ver un país moderno que ya no sea considerado el patio trasero de Estados Unidos. Los asuntos que dominarán la visita son la lucha contra la droga, el tráfico de armas, la reforma migratoria y la crisis económica. Pasado el mediodía de ayer, el Air Force One aterrizó en el aeropuerto de la capital mexicana. Después, en la Bestia, su automóvil blindado, Obama y su esposa Michelle, se trasladaron hasta la residencia oficial de Los Pinos, donde los recibió el presidente Felipe Calderón. Estaba previsto que ambos mantuvieran nueve horas de conversaciones. También, que ofrecieran una rueda de prensa. Y la noche se cerró con una exclusiva cena de gala, apenas 100 personas, 70 altos funcionarios, cabezas de partidos y destacados empresarios mexicanos y estadounidenses. Para que la estancia de Obama transcurra sin incidentes, unos 5.000 agentes de seguridad fueron desplegados por la ciudad. La visita es una deferencia hacia México, una escala hacia la cumbre de las Américas. Para otros expertos, el reciente interés en cooperar en la lucha contra el narcotráfico responde más al egoísmo, pues la violencia que el año pasado dejó 6.300 muertos amenaza con colarse en el norte.