Cerrar el capítulo negro
Actualizado: GuardarS e puede evaluar la noticia de que Moscú culmina sus actividades antiterroristas en Chechenia como un episodio más en la tensa relación, que dura ya casi dos siglos, entre Rusia y la pequeña provincia del Cáucaso. Pero, a la vez, puede evidenciar que el presidente Medvédev está intentando distanciarse de su predecesor y primer ministro, Vladimir Putin. Chechenia, estratégicamente importante, con población en su mayoría musulmana y con riqueza petrolífera, fue conquistada por el Imperio ruso en el siglo XIX. Desde entonces, y casi sin cesar, ha constituido una espina en el costado de Moscú: periódicamente ha declarado su independencia, lo cual siempre ha sido seguido por periodos de represión tanto por parte de los zares como de los comunistas.
Cuando la URSS se desmontó a los principios de los 90, los separatistas chechenos aprovecharon el momento para declarar su secesión, lo que desembocó en la última guerra. La brutalidad del conflicto y la vulneración de los derechos humanos en la región no pasaron desapercibidos para un puñado de periodistas valientes. Uno de ellos fue Anna Politkovskaya, que trabajaba en una de las revistas más críticas del Kremlin, 'Novaya Gazeta'. Politkovskaya, como es sabido, fue asesinada en 2006, como lo han sido cuatro de sus compañeros en la última década. Ayer mismo, Medvédev anunció que va a conceder a Novaya Gazeta su primera entrevista.
Sería una exageración concluir que este gesto supone un rechazo de la política de Putin en Chechenia. Pero combinado con la declaración de que la operación antiterrorista en la república se da por finalizada, sí marca un cambio de tono importante en Moscú. Hay síntomas de que la relación entre Medvédev y Putin está pasando por momentos complicados: la bicefalia fue concebida para una economía en crecimiento, con unos precios del petróleo muy elevados y cuando había café para todos. En un país ya muy tocado por la crisis, no es sorprendente que haya aflorado la tensión entre el presidente y el primer ministro. Medvédev no quiere ni está en condiciones de enfrentarse con Putin. Pero el cese de las operaciones en Chechenia, propiciada también por la convicción de que el líder de la república, Ramzán Kadírov, va a impedir las presiones secesionistas, y la entrevista con Novaya Gazeta representan una buena manera de distanciarse de él e intentar cerrar un capítulo muy negro para Rusia.