Barack Obama junto a sus hijas presentan en sociedad a su nueva mascota 'Bo', en los jardines de la Casa Blanca. / AFP
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Latinoamérica lee la cartilla a Obama

El nuevo presidente de Estados Unidos deberá enfrentarse en la cumbre de Trinidad y Tobago a unos vecinos cargados de recriminaciones

| CORRESPONSAL. NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Horas antes de que Obama aterrizara ayer en la Ciudad de México, su secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, nombraba en El Paso un zar de la frontera con el que calmar el malestar del presidente mexicano, Felipe Calderón. Alan Bergin, un ex fiscal general de San Diego durante la Administración de Bill Clinton, tendrá a su cargo la lucha contra el narcotráfico, la entrada de emigrantes ilegales y la salida de armas.

Era la segunda medida estratégica de cara a Latinoamérica lanzada esta semana, después de que el lunes anunció medidas para suavizar el embargo a Cuba. Ambas estaban destinadas a eliminar tensiones de cara a la Cumbre de las Américas que se celebra en Trinidad y Tobago este fin de semana. Allí los líderes latinoamericanos tendrán oportunidad de conocer al inquilino de la Casa Blanca, pero, a diferencia de los europeos, le esperan con muchas recriminaciones. «Tenemos cosas duras que decirle», avanzó el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza. Empezando por la crisis económica que sufren sin que se haya fabricado en su mitad del continente.

Encima, las medidas para suavizar el embargo a Cuba no son consideradas suficientes. Fidel Castro ya se ha encargado de criticar en sus columnas que Obama no haya levantado «la más cruel de todas las acciones». El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha advertido que dedicará parte de sus cinco minutos de discurso a criticar la existencia de un bloqueo «cruel e ineficaz» que dura casi medio siglo. Y Chávez ha hecho una escala técnica en La Habana para afinar la estrategia con los hermanos Castro. «Preparamos la artillería», avanzó el líder venezolano, en el que Fidel confía para galvanizar a los líderes de la izquierda latinaomericana contra «el imperio que dirige Obama».

Cuba ni siquiera está invitada, «algo barbárico», se ha quejado Chávez, que amenaza con acapararla. «Sería una lástima que este tema distrajera la atención», se lamentó, por su parte, Jeffrey Davidow, el asesor de Obama que se encarga de los preparativos de la cumbre. Y es que el programa oficial viene a Obama como anillo al dedo: asegurar el futuro de nuestros ciudadanos promoviendo la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental.

Plan para el hemisferio

Casi como sacado del programa electoral del nuevo presidente de EE UU. Davidow añadió a la agencia UPI que Obama «no llevará a Trinidad y Tobago un plan para el hemisferio», sino que viaja «con la intención de escuchar, discutir y tratar con sus colegas como socios». Acabar con la arrogancia de su país y tratar a los latinoamericanos de igual a igual eran las bases anunciadas por Washington para sus relaciones con los vecinos del sur. Le harán falta todos los aliados que pueda. Porque Chávez no es el único que alinea la artillería.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, hace esta semana paradas previas en Haití y República Dominicana, mientras que Napolitano preparaba ayer el terreno a su jefe con un ambicioso paquete fronterizo: el triple de agentes de inteligencia, una docena de agregados para los Servicios de Aduanas e Inmigración, treinta nuevos puestos de 'liaison' con sus contrapartes mexicanas y una docena de equipos caninos entrenados para olfatear no sólo drogas sino también armas y dinero.

México está furibundo por la entrada de arsenales estadounidense. El 90% de las que se le han incautado a los narcos están fabricados en casa del vecino del norte, y con ellas se han matado a buena parte de los 6.290 muertos que han dejado en el último año.