Los piratas somalíes baten su récord

El apresamiento de cuatro barcos en el golfo de Adén demuestra que, a pesar de los esfuerzos represores de las grandes potencias, los piratas somalíes han conseguido incluso incrementar su capacidad operativa en las últimas semanas hasta alcanzar cifras récord de capturas. Además de informar sobre la desaparición de dos pesqueros egipcios, fuentes de la OTAN confirmaron ayer la toma del carguero griego 'MV Irene E. M.' y del libanés 'MV Sea Horse', y el ataque frustrado al liberiano 'Safmarine Asia', que logró escapar sin víctimas entre su tripulación.

Los hechos se producen inmediatamente después de que los corsarios prometieran venganza por las operaciones militares norteamericana y francesa para liberar al capitán del 'Maersk Alabama' y a los pasajeros del yate 'Tanit', respectivamente.

Según Andrew Mwangura, director del Programa de Asistencia Marítima, la mejora en los recursos logísticos y las buenas condiciones meteorológicas han favorecido el último aumento de los ataques. A lo largo de 2007, 31 barcos fueron secuestrados por las bandas, el pasado año llegaron a los 80 y, actualmente, 20 navíos, con 340 marinos a bordo, permanecen retenidos en la costa somalí. Un centenar de los rehenes son de nacionalidad filipina.

La liberación de la embarcación francesa y la recuperación del capitán Richard Philips por la marina estadounidense produjeron la muerte de cinco piratas. Según el especialista naval, la amenaza de represalias también puede dar lugar a un incremento de la violencia utilizada en las operaciones de captura, generalmente rápidas y sin heridos hasta la fecha.

La modernización de su logística parece un factor esencial en este apogeo del corsarismo. Las ONG advierten que buena parte de los veinticuatro millones de euros obtenidos por el pago de los rescates ha sido empleada para el reforzamiento de los medios técnicos de seguimiento empleados por los piratas. Y, a ese respecto, denuncian la connivencia de empresas de suministros navales radicadas en Londres, Dubai o Nairobi, que hacen negocio con este tipo de delincuentes.

Uso de telefonía móvil

Las investigaciones apuntan al uso generalizado de teléfonos vía satélite y GPS que favorecen el rastreo del tráfico por los buques nodriza y la mejora de los lanchas 'lance' con las que alcanzan las naves perseguidas. Las bandas consiguen hacerse con el control de las presas mediante fusiles automáticos y granadas propulsadas por cohetes. Además, su radio de acción es muy vasto y abarca desde el golfo de Adén, al sur de la Península Arábiga, hasta el archipiélago de las Seychelles, en pleno océano Índico.

Aunque las fuentes militares achacaban el nuevo teatro de operaciones al reforzamiento de la seguridad en las aguas que separan Yemen y Somalia, los nuevos ataques parecen desmentir la eficacia de los sistemas de vigilancia. A la fuerza desplegada por la 'operación Atalanta', sancionada por los ministros de Defensa de la UE, se han sumado patrullas indias, chinas y rusas. Las fuerzas navales pretenden proteger la travesía de los grandes petroleros, los cargueros provenientes de Suez y los barcos del Programa Mundial de Alimentos que proporciona recursos a la población somalí.

«Aunque los bajos vientos de esta temporada animan a los barcos a salir al mar, el modo de intervención de las fuerzas internacionales radicalizará las reglas del juego de los piratas», ha señalado Mwangura. Abdi Kolis y Abdi Galad, dos de los cabecillas de este negocio ilegal, declararon ayer su voluntad de vengar los ataques de las armadas occidentales, además de advertir que estas incursiones no detendrían la piratería en la región.

El Gobierno Federal Transitorio, asentado en la capital somalí, y las autoridades de Puntlandia, la república oficiosa en la que halla resguardo la mayoría de bandas, aplaudieron la iniciativa de las potencias, pero demandaron apoyo material para combatir a estos grupos organizados que parecen gozar de plena autonomía en los puertos de Eyl, Hobyo, Elhur o Haradhere, allí donde se aprovisionan, mantienen a sus rehenes y negocian rescates.

Según fuentes localizadas en esos puntos de la costa, en las últimas horas los corsarios han buscado refugio tierra adentro en previsión de operaciones punitivas, aéreas o marítimas de Estados Unidos o Francia. También los analistas militares de Washington apuntan la idoneidad de atacar a los piratas en sus bases para desmantelar la infraestructura de apoyo.

Tras constatar la inutilidad de aumentar la presencia de buques de guerra con carácter disuasorio, otras opciones como la instalación de sistemas eléctricos que impidan el abordaje o la introducción de equipos de seguridad han sido descartadas.

En opinión de los expertos en seguridad, la inclusión de personal armado en naves comerciales podría degenerar en una mayor violencia por parte de los asaltantes, además de causar problemas de tipo legal.