Gaspar Zarrías presidió su primer y único Consejo de Gobierno como presidente en funciones de la Junta de Andalucía. / O.P.
ANDALUCÍA

Gaspar Zarrías: «Volveré a la política andaluza si mi partido me lo pide»

El presidente de la Junta en funciones confiesa que se marcha a Madrid por amistad y fidelidad a Chaves

| SEVILLA Actualizado: Guardar
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El hombre de las mil batallas políticas, el 'último mohicano' del 'borbollismo', el azote de la oposición, el escudero fiel de Chaves... Gaspar Zarrías ha cosechado muchos sobrenombres desde que comenzó, en 1982, su andadura en el Parlamento andaluz. Ayer, tras participar en su último Consejo de Gobierno -como presidente de la Junta en funciones-, se despidió de la sociedad andaluza con un adiós que quisiera ser un hasta luego.

Le preguntaron, como si de una letra de tango se tratase, si existía alguna posibilidad de volver a la Casa Rosa. «Soy un hombre fiel a mi partido, y si mi partido me lo pide, volveré, aunque eso puede que no ocurra más», explicó el único andaluz que ha sido consejero de Presidencia con dos presidentes: José Rodríguez de la Borbolla, de 1988 a 1990, y con Manuel Chaves, desde 1995 a 2009. «En política es una irresponsabilidad decir 'de este agua no beberé'», abundó.

Mencionó a sus dos 'ex jefes' con mucho cariño, aunque reconoció que se iba a Madrid por amistad y fidelidad política con el nuevo vicepresidente tercero del Gobierno de España. Zarrías seguirá trabajando con Chaves, esta vez desde una secretaría de Estado en el Ministerio de Política Territorial. Tampoco, como en el caso de Chaves, corta de manera definitiva el cordón umbilical con Andalucía: seguirá siendo secretario general del PSOE de Jaén.

Vértigo

Zarrías explicó que sintió vértigo cuando Chaves le propuso el éxodo a Madrid. «Pero no le pude decir que no, entre otras cosas porque yo mismo le había dicho a Chaves que no podía decirle que no al encargo de José Luis Rodríguez Zapatero», aclaró. Ayer también le tocó hacer repaso de su prolífera etapa en el poder andaluz. Señaló la crisis económica de 1988-1990 como el momento institucional más complicado, sobre todo porque le tocó dirigir la política industrial de la región. Coincide con Chaves en reseñar la etapa de la denostada 'pinza' entre PP e IUCA -1994-1996- como la situación política más adversa.

Privilegiado

Con todo, Zarrías tiene claro que ha sido un privilegiado. «Me siento orgulloso de que los andaluces hayan confiado en mí, sobre todo los jiennenses, para participar en la mayor transformación que ha experimentado Andalucía en su historia», indicó.

Pidió disculpas si en los rifirrafes con al oposición había cruzado esa estrecha frontera entre el reproche político y el insulto personal. Un periodo que le ha permitido conjugar sus tres grandes pasiones: Andalucía, el trabajo duro y la política. «Llegué siendo de izquierdas y me voy siendo de izquierdas», destacó.

Sin consejos

Deja la Consejería de Presidencia sin atreverse a dar un consejo a su sucesor o sucesora. Entiende que no tiene derecho a pontificar, aunque haya sido la persona que más tiempo haya ostentado este cargo en Andalucía.

Zarrías, como responsable de la Oficina del Portavoz del Gobierno, ha mantenido un contacto directo con la prensa andaluza. En su adiós quiso hacerse una fotografía con los informadores a los que le tocó cubrir su último Consejo de Gobierno.