Otro precedente peligroso
Actualizado:No, no me estoy refiriendo a ningún engaño sacacuartos que se haya estado produciendo en Jerez estos últimos días. Ni al timo de la revisión del gas ni al de la estampita. Aunque se parece mucho en algunos aspectos. Empezaron con lamentos sobre lo mal que están y los escasos recursos que tienen. Continuaron asegurando que no les movía ningún interés económico en sus reivindicaciones, que no querían dinero y que lo único que buscaban era que les diesen las herramientas necesarias para trabajar. Y han acabado... Bueno, de momento han terminado callando y diciendo que cesaban en sus quejas, con la llegada de la Semana Santa, «por respeto a la tradición cofrade de la ciudad».
Ya digo que me lo tragué, aunque reconozco que en algún momento dudé. Me convencieron de que sus reivindicaciones eran sinceras y de que no escondían intereses económicos vía aumento salarial detrás de las mismas. Resultaban convincentes, entre otras razones, porque las acompañaron, incluso, de imágenes en las que, efectivamente, se demuestra que carecen de las mínimas herramientas exigibles para llevar a cabo su trabajo y que, en muchos casos, las que tienen se encuentran en un pésimo estado de conservación. Pero el tiempo ha acabado demostrando que no todo era como parecía. O al menos eso es lo que se deduce de los últimos acontecimientos. Me explico.
Me estoy refiriendo, lógicamente, a la Policía Local de Jerez. Más concretamente a los representantes de su sindicato mayoritario, el SIP, que han protagonizado durante los últimos meses una agresiva campaña -muy efectiva, por cierto- para concienciar a la ciudadanía jerezana de que ni tienen medios para trabajar y que los que tienen son más propios de Mortadelo y Filemón que de un cuerpo policial de una ciudad de casi 210.000 habitantes en pleno siglo XXI.
Pero resulta que, al parecer, han llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento para incorporar un suplemento en sus nóminas. Y lo habrían alcanzado en una reunión secreta de la que nada se ha dicho oficialmente. Eso sí, tras la misma, el SIP anunció -¿casualidad?- que aparcaba sus protestas por el anteriormente mencionado «respeto a la tradición cofrade de Jerez».
Como era de esperar, el resto de sindicatos del Consistorio han puesto el grito en el cielo. Dicen que ese supuesto acuerdo llega «al margen» de lo acordado recientemente en el nuevo convenio colectivo municipal que tanta polémica suscitó también. Y critican, con razón, que se haya suscrito el mismo «a escondidas».
Pero tanto o más culpables que el SIP son, evidentemente, los que llevan las riendas del Consistorio jerezano, que por enésima vez han cedido a la presión. Se ha vuelto a incurrir en el mismo error: dar de mamar al que llora. Precedentes hay para dar y regalar en Jerez. Ahí están, por ejemplo, lo del encierro de los trabajadores municipales en la Catedral para evitar el despido o, más recientemente todavía, el de la mujer que acampó a las puertas del Ayuntamiento para reclamar una vivienda. En ambos casos -que, insisto, no han sido los únicos- consiguieron mediante la presión lo que pretendían, creando así unos gravísimos precedentes que otros podrán copiar también en el futuro. Y a ver con qué autoridad moral se les dice que no.
Por lo demás, la semana ha estado marcada, evidentemente, por la Semana Santa. La climatología ha respetado y ha permitido que la ciudad haya vivido una estaciones de penitencia esplendorosas.
También ha sido noticia la aprobación del plano de casetas de la Feria del Caballo 2009. Aún no ha acabado la Semana de Pasión y tenemos la mirada puesta en la próxima gran cita del calendario local, que, eso sí, está a la vuelta de la esquina como quien dice. Este año se ha sancionado a seis casetas cambiándolas de ubicación. La razón, diferentes incidentes sucedidos en la edición pasada. Bien. Yojalá sirva para evitar que se repitan sucesos tan desagradables como los del pasado año.
La crisis, por lo que se ve, también ha dejado huella en esto. Otras siete casetas se han dado de baja, siendo reemplazadas por otras que aguardaban en la lista de espera.
Un apunte final, escrito, dicho sea de paso, antes de conocer el resultado de ayer del Xerez. No acabo de ver a la ciudad concienciada. No veo una ciudad como, por ejemplo, Bilbao, totalmente volcada ahora con su equipo ante la final de Copa que disputará en unas semanas. Espero que ahora, tras la Semana Santa, la cosa cambie y Jerez se vista, como quiere el club, de azulino. Que así sea.