La crisis de la Junta y el factor Cádiz
Actualizado: GuardarAndalucía, con la presencia de Manuel Chaves como vicepresidente, vuelve a vertebrar el Gobierno español. Y Cádiz volverá a vertebrar el de Andalucía, si todos los indicios apuntan a que el vicesecretario general del PSOE andaluz, el alcalaíno Luis Pizarro, se incorporará al nuevo gabinete de José Antonio Griñán, en calidad de consejero de Presidencia.
Sólo Griñán sabe -y tal vez no lo sepa del todo todavía- qué ocurrirá dentro de un par de semanas y cuales serán los nombres que incorpore a su gabinete. Se habla de la repesca del sevillano José Caballos, e incluso de la posibilidad de que María del Mar Moreno y Magdalena Álvarez, sus potenciales adversarias a la candidatura socialista de 2012, asuman sendas consejerías.
Lejos están los idus de marzo cuando, durante una reunión de la comisión permanente de la agrupación socialista de Jerez, los fieles de la alcaldesa Pilar Sánchez anunciaron que la heredera de Manuel Chaves iba a ser María del Mar Moreno. Quizá porque entre Jerez y presidencia del Gobierno siempre hubo mucho feeling y, por aquel entonces y hasta que Manuel Chaves desembarcó en Madrid con los doscientos militantes de su comisión interparlamentaria, el nombre de Moreno, actual secretaria de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, era el que ZP barajaba a tales efectos.
¿Hasta dónde llega el acuerdo entre Chaves y Zapatero? Hasta ahora, los socialistas gaditanos más afines al presidente del Gobierno español habían mantenido una cierta condición de durmientes y, en los últimos tiempos y tras la designación de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato por Cádiz, este había congeniado mucho con el secretario provincial Francisco González Cabañas en tanto que la estrella de Mamen Sánchez o Salvador de la Encina, fieles al actual inquilino de La Moncloa desde mucho antes de serlo, habría empezado a declinar. ¿Recobrarán importancia ahora que Chaves y Zapatero ruedan el remake de Dos hombres y un destino?
El pacto final entre ambos sitúa a Griñán como delfín definitivo, aunque tres años en política pueden ser tres siglos y cualquiera sabe qué puede pasar de un día a otro. Hasta ahora, ha trascendido que el presidente in pectore quiere gobernar sin tutela, aunque ello no quiere decir que gobierne sin empatía con su amigo Chaves y su aliado Pizarro. También corre por los mentideros sevillanos que prepara una revolución interna que podría afectar tanto al número de consejerías como a un mayor perfil político -o simplemente mayor perfil- de sus titulares. Claro que tal y como bajan las aguas en las distintas agrupaciones del partido, lo más probable es que mantenga las cuotas territoriales que, con las de género, venían definiendo los últimos ejecutivos de Chaves. Y si ello es así y Cádiz contaba hasta la fecha con dos consejeros, en el caso de que Pizarro fuera fichado para el consejo de Gobierno de la Junta, sobraría uno. Y entre el jerezano Antonio Fernández, consejero de Empleo, y el sanluqueño Luis García Garrido, de Obras Públicas, este último lleva todas las papeletas de dejar el cargo en el que sustituyó precisamente a María del Mar Moreno.
A menos, claro está, que en ese trajín de cuotas, la figura de Manuel Chaves sea considerada también como gaditana, por lo que, de ser así, esta provincia estaría sencillamente en paz respecto a esos extraños ajustes de cuentas. Pero, claro, ¿qué ocurrirá si alguna de esas dos consejerías se fusionan con otras, tras la esperada remodelación? Otra nueva incógnita, claro. La ejecutiva provincial del PSOE sigue enrocada en que, ocurra lo que ocurra con los nombres concretos, Cádiz necesita contar con consejerías inversoras, a fin de poner a punto los fastos de la conmemoración de 2012, una fecha clave para toda Andalucía y el resto del Estado. Si no se anticipan, claro, las elecciones. Ambas.
En ello, no sólo influirá el resultado de las próximas elecciones europeas o el curso de la crisis económica. Si las instituciones aguantan ambas embestidas, las municipales de 2011 tendrán mucho peso. Y de cara a dichos comicios el Partido Popular empieza a echar toda la carne en el asador, sobre todo en los pueblos. Aviso a navegantes.