La Semana Santa termina necesitada de Esperanza
Actualizado: GuardarSe nos había escapado de las manos nuestra Semana Santa, parecía que el tiempo había pasado volando, que nada había sucedido casi tres meses después de que el Niño naciera en los brazos de la Esperanza, en la Plazuela, cuando ha resucitado. Y curiosamente, ese Niño Dios ha querido volver a los brazos de su Madre, la que huele a canela y nardos, y tiene la cara del color de las aceitunas. Ha resucitado el Señor, y ha querido volver triunfante para acompañar a su Esperanza hasta la Plazuela de regreso de la Santa Iglesia Catedral, donde tuvo que quedarse refugiada debido a la fina llovizna que empañó la mañana del Viernes Santo.
Por la mañana habrá que irse hasta la Santa Iglesia Catedral para asistir al Pontifical de Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, y así poder acompañar al Resucitado por las calles de Jerez. Es una procesión atípica, puesto que no habrá nazarenos, ni palio lleno de alegría con la Madre de Dios radiante de felicidad por la vuelta de su Hijo, pero aún así no deben perdérsela. El capataz del Resucitado es el conocido José Mata, que dirige una cuadrilla de hombres que con cambios andan con el Señor Resucitado por un recorrido inverso al resto de hermandades y cofradías de la ciudad.
Y por la tarde, a partir de las cinco, nueva cita en el primer templo jerezano, en este caso para poder disfrutar, con todas las de la ley, de una cofradía que es la alegría de la Madrugá, y un referente para el resto de hermandades que se consideren de barrio. Barrio bien entendido, barrio bien considerado, porque es la Esperanza la que lo preside. Así que acérquense, y comprueben por qué la hermandad ha solicitado la coronación canónica de su dolorosa.