Los motivos que han permitido disfrutar de la mejor Semana Santa del mundo

Ha sido, sin duda alguna, la mejor Semana Santa de los últimos años. A ello han contribuido muchos factores, pero sobre todo, el compromiso de las hermandades que componen nuestra Semana Mayor, y la actitud de un público que, en líneas generales, ha mostrado un respeto considerable hacia las demostraciones de fe en la calle. Ha sido muy bueno el estreno de Manuel Serrano al frente de la cofradía de Cristo Rey, y delicioso el paso de las Angustias un año más por la plaza de San Miguel. Arte puro lo mostrado por la cuadrilla de la Cena, y también de la Clemencia, con dos andares este año muy similares, y perfectos en su ejecución. La cofradía de la Defensión es cada año más romántica, y más dulce de ver, y las levantás del palio de la O han sido con Dolores las mejores de la Semana Santa. También muy buena la cuadrilla de la Amargura, fuerte como nunca, y el paso de la cofradía al completo por la plaza de las Angustias, cuando la Virgen baja del cielo y se pone su manto azul. Todo esto me ha gustado, y también el Soberano Poder lleno de gente allí por donde fuera y con un cortejo que es una delicia de contemplar. También las formas del Consuelo, pocos, pero tan bien dirigidos que da hasta miedo que crezcan. Me ha gustado la Madrugá entera, y me ha vuelto loco, un año más, la Soledad, la Virgen a la que hasta duele mirarle a la cara. Pero por encima de todo, no me ha gustado que Francisco, un buen hombre, haya sufrido por mi artículo del móvil. Evidentemente él no era del que yo hablaba, ya que incluso eran cofradías diferentes la suya y la mía, pero aquí presento mis disculpas. Sin duda, mi peor momento de la Semana Santa. El idiota, el único idiota, fui yo.