El Atlético sufre para ganar un duelo directo por Europa

Tenía el Atlético de Madrid la victoria garantizada a falta de tres minutos, pero en un duelo de los importantes, directo en la lucha por Europa, y para no perder la costumbre, acabó sufriendo hasta el pitido final. El equipo rojiblanco mejoró su imagen y se adelantó con goles de Agüero y Simao (autor del tanto número 4.000 del 'Atleti' en Primera), pero volvió a las andadas y acabó encerrado por el Deportivo y pidiendo la hora. Fiel a su estilo, el Atlético se complicó la vida en los últimos minutos, cuando ya no estaban en el campo Agüero ni Forlán y el Depor, que no había tirado a puerta hasta el minuto 77, creció con la entrada de Pablo Álvarez hasta acariciar el empate. Entonces le tocó salvar al 'Atleti' a Leo Franco, que se convirtió en inesperado héroe de un equipo que no deja de tropezar en la misma piedra. Incapaz de ser autoritario para tener tranquilidad en los últimos minutos. No va con el Atlético. Prefiere convertir los finales en una ruleta rusa.

En Riazor, aunque le costó, salió airoso, y así puede seguir soñando con una Liga de Campeones de la que al menos no se ha alejado en una jornada clave para sus objetivos.

Aunque en el gol encajado dejó rematar solo a Bodipo, ya fue noticia que el Atlético no cometiese en el primer tiempo errores defensivos, porque de la calidad y capacidad de resolución de Agüero, después de una gran pared con Forlán, se podía esperar que en cualquier llegada se abriese el marcador. Lo hizo además, en el mejor momento. Al filo del descanso, después de que el Deportivo le cediese toda la iniciativa, algo que no les gusta a los rojiblancos, aunque al menos así rindieron a un buen nivel y no tuvieron que sufrir en el primer tiempo, pese al gran rendimiento del incansable Guardado. Resultó insuficiente para el Deportivo , que no tuvo ocasiones hasta el final, porque el Atlético, con las líneas adelantadas, tapó a quien podía hacer más daño, Valerón. No tuvo demasiada claridad el 'Atleti', pero mantuvo a raya al Depor y gozó de oportunidades antes de inaugurar el marcador. Pese a que Agüero tuvo al principio el punto de mira desviado, no falló en la mejor, tras una fantástica carrera en la que el argentino resultó imparable para una defensa con demasiadas dudas.

Pudo sentenciar mucho antes el Atlético si no hubiese sido por el travesaño que repelió el zapatazo de Maxi en el arranque de una segunda mitad en la que el Deportivo no fue a por el partido, sino que prefirió seguir esperando, sin ni siquiera contragolpear. El origen de la jugada del larguero estuvo en las botas de Forlán, que estuvo en casi todos los ataques de un equipo sacrificado en la presión y el robo. Un 'Atleti' muy diferente al de los habituales tropezones, en los que se ha echado en falta trabajo y carácter. El Deportivo era incapaz de dominar, pero el Atlético no se echó en principio atrás a defender la ventaja y esperó que se le presentase la ocasión de dar otro mazazo y asegurar el triunfo. Con tanta pegada arriba, fue Simao quien decidió resolver con una jugada individual. Entonces Abel retiró a los dos de arriba y el Deportivo empujó como nunca. Llegaron las ocasiones de los locales y un par de paradones de Leo Franco entre tanto padecimiento y miedo del 'Atleti'.