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«La crisis de los noventa fue la que nos empujó a irnos fuera»

Antonio Bernal cerró su bar en Arcos en 1995 y desde entonces se va a trabajar a Mallorca con toda su familia

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Antonio Bernal es uno de los gaditanos que cada año se tiene que buscar la vida más allá de los límites de la provincia. Él, en concreto, junto a su mujer y sus hijos, acude desde el año 1995 a Mallorca, donde trabaja de camarero: «La crisis de los noventa fue la que hizo que buscara esta salida y desde entonces me he ganado la vida en Mallorca e incluso he estado allí 10 años viviendo», asegura.

En esos complicados años noventa Antonio tenía un bar en Arcos pero «todo comenzó a estar mal, como ahora, y no tuvimos más remedio que traspasarlo y buscarnos la vida fuera». Allí asegura que se trabaja mucho, pero «está bien reconocido lo que se hace y la verdad es que nosotros estamos muy contentos». De hecho, asegura que «para que yo dejara de ir me tendría que aparecer algo tan bueno por aquí... y no creo que esa situación se dé».

En pocos días volverá a irse a Puerto Alcudia y estará allí hasta noviembre, cuando volverá a su casa de Arcos. Tanto él como su mujer trabajarán una vez más en una empresa donde cumplirán 14 y 10 años con un hueco fijo. Desde que se fueron por primera vez han comprobado el cambio que en España ha vivido la emigración y la inmigración: «Antes éramos casi todos andaluces y ahora todos son extranjeros y nosotros somos la excepción». No obstante, «este año la gente nos dice por la calle que tratemos de buscarle algo por allí e incluso nuestros jefes nos han comentado que hay muchos más españoles que en otros años que van a pedir algún trabajo».

Antonio asegura que la adaptación que tuvo que vivir al principio «fue muy fácil» porque «cuando no se tiene aquí lo que uno necesita hay que buscarlo en otro sitio y, además, nos trataron muy bien». Algo más de trabajo sí que le costó a los niños, «que son los que más sufrieron la situación pero a día de hoy se alegran de que nos fuéramos, viendo lo que hay por aquí».

Cuando ellos dieron el paso en 1995 tiraron de buena parte de la familia y amigos. Después, conocieron allí mucha gente de la zona que «con la bonanza económica abandonaron Mallorca y volvieron para la provincia». Subraya, en cambio, que «de todos los que nos fuimos, que éramos muchos, nosotros hemos sido los únicos que nos hemos mantenido todos estos años». Él entiende que «ahora a mucha de esa gente le gustaría volver pero resulta complicado porque cada vez hay menos trabajo para los nacionales». Ellos tienen la ventaja de que nunca faltaron en su cita con la empresa balear.

Sin embargo, y a pesar de encontrar acomodo en Mallorca, Antonio, su esposa e hijos no perdieron nunca de vista la provincia («aquí tenemos a toda nuestra familia», reconocen) y hace unos años se compraron una casa en Arcos para «vivir aquí las temporadas en las que en Mallorca baja el turismo y no hay trabajo».

sierra@lavozdigital.es