La Unidad de Lesionados Medulares del Puerta del Mar recibe 130 pacientes al año
La principal causa de traumatismos craneoencefálicos y daños en la médula son los accidentes de tráfico Los pacientes permanecen internados entre 60 y 90 días
| CÁDIZActualizado:Luis López comienza a dar pasos de nuevo. Ingresó con una lesión medular incompleta que lo dejó en una silla de ruedas. Poco a poco comienza a recobrar la movilidad en las piernas. «Lo que me hacen falta ahora son pilas alcalinas en las plantas de los pies», bromea. Luis lleva dos meses en la Unidad de Lesionados Medulares del Puerta del Mar, donde ingresan cada año 130 pacientes, la mayoría de ellos por accidente de tráfico. El centro gaditano es uno de los tres que dispone de un área específica para tratar las lesiones de médula espinar.
Actualmente cuenta con 18 camas de hospitalización, aunque gran parte del tiempo las ocupan pacientes con daño cerebral o traumatismo craneoencefálico «dado que el centro no dispone de un área para estas lesiones, lo que sería muy recomendable». El entrecomillado es del doctor Juan Ramón Espinosa, jefe de sección de la unidad. Según cuenta, los pacientes son derivados de la UCI y al año suben a planta entre 18 y 22 diagnosticados de lesión medular aguda. «La mayoría son por accidente de moto y hay una mayor incidencia en varones, otros los hacen por patologías degenerativas, inflamatorias o tumorales», explica el especialista, lo que se establece con patrones de edad distintos.
Perfiles
Luis López se encuentra justo en medio de la horquilla. Las lesiones traumáticas agudas se producen con mayor frecuencia entre los 20 y 30 años y las que tienen una causa médica se dan en personas mayores de entre 60 y 70. Otro grupo lo forman los afectados de una secuela con lesión medular. En estos casos, los pacientes se someten a pruebas de control y son los que permanecen menos tiempo ingresados.
Desde la propia Unidad de Lesión Medular, que está integrada en el área de Rehabilitación, se organiza todo el proceso para que la estancia no se dilate. «Son tratados como pacientes crónicos y este modelo les ahorra muchas molestias, porque la revisión se le hace en uno o dos días, es muy útil para los que vienen desde zonas más alejadas», recalca el doctor Espinosa. Al hospital también le permite una mayor rotación de enfermos en el área.
La estancia media en el centro hospitalario es de 60 a 90 días. Ése es el principal objetivo, aunque a la larga la previsión no llega a cumplirse porque muchos de los internados son ancianos a los que la rehabilitación les lleva más tiempo. «Hemos tenido a una mujer hospitalizada casi un año», recuerda el médico rehabilitador. La falta de hospitales para crónicos y de residencias para discapacitados «hace imposible reducir la estancia media».
Fisioterapia
Y de la habitación al gimnasio. En la planta baja del Puerta del Mar se encuentra la mayor instalación de Rehabilitación. Allí los fisioterapeutas trabajan con los pacientes, los que están ingresados y los que acuden casi a diario a trabajar las articulaciones. Fernando Casas es el jefe de Fisioterapia del centro gaditano y también lleva el caso de Luis. En su caso, la lesión es incompleta y hace rehabilitación para volver a caminar. Ya lo consigue y poco a poco, con la ayuda del andador puede llegar solo a las barras paralelas, en las que se apoya.
El fisioterapeuta insiste en que el principal objetivo es que los usuarios aprovechen al máximo todas sus capacidades después de la lesión. «Se trabaja con la musculatura que funciona». En el caso de los parapléjicos, se fortalecen los brazos para que pueda pasar de la silla a la cama y consiga mayor autonomía para desplazarse. En el de los tretrapléjicos, también se refuerzan los miembros superiores.
En el 75% de lesiones incompletas, el paciente puede volver a caminar. En todos los casos, la rehabilitación va encaminada a conseguir una mayor autonomía. En los gimnasios del Puerta del Mar se tratan todo tipo de lesiones. Desde recién nacidos a ancianos. «Los casos más habituales son de patología crónica y degenerativa». La mayoría están de seis a a nueve meses, como en el caso de Luis, al que aún le quedan dos por delante para salir por su propio pie. Lo próximo serán los bastones.
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