«Quisiera cantar en el Castillo de San Sebastián, pero Cádiz castiga a sus hijos con el olvido»
El pianista gaditano dará un concierto en El Puerto el sábado tras 19 años sin subir a los escenarios de Cádiz
| CÁDIZActualizado:Como un guadiana artístico, Felipe Campuzano (Cadiz, 1945) quiere relanzar su carrera de cara al público y la primera cita con su pasado será el sábado en el Hotel Monasterio de El Puerto. El autor de himnos de la música española como el Achilipú o Te estoy amando locamente nació en la casamata de la puerta de La Caleta, pero se ha pasado 19 años sin pisar un escenario en su provincia.
-¿Porqué no ha vuelto antes?
-La música tiene sus lagunas, es así, no hay más. No se puede estar en todas partes. Ahora hay una nueva etapa en mi vida.
-¿Dónde se ha metido?
-De gira por el extranjero, viviendo la salada claridad del gaditano, llevando a todas partes los cielos de gaviotas y albatros. Ahora vuelvo a El Puerto y me encanta porque canto de orilla a orilla de la Bahía. He estado componiendo y en países como Puerto Rico, Costa Rica, etc.
-¿Y Cádiz?
-Espero volver pronto, por ejemplo a cantar al Castillo de San Sebastián, donde ha pasado toda mi infancia. Yo estoy tirando el guante, pero Cádiz castiga a sus hijos con el olvido.
-¿Le hizo mal el mundo del corazón?
-Mi corazón está más dedicado a la música. Eso está guardado en la trastienda, aunque se arrastra mucho. He sido carne de cañón, pero digamos que estoy más en el mundo del alma que en el del corazón.
-¿Cómo enfoca el relance de su carrera?
-Reeditamos Andalucía espiritual para mucha gente jóven que lo pide. Hay muchos temas que no pasan de moda. Aunque he tenido dos frentes: compositor para otros y músico.
-¿Y cuál le ha llenado más?
-Lo mío.
-¿Económicamente?
-Componer para otros, aunque mi carrera artística me ha dejado muchísimas satisfacciones.
Música y política
-¿Cree que se le ha reconocido justamente?
-Todavía no. España es una madrastra con sus hijos. Los entierra y no se acuerda de ellos hasta que tienen dos o tres metros de jaramagos en lo alto. No pienso en reconocimientos, pero tengo el premio mundial de la música y no la Medalla de Andalucía. Son cosas que pasan en la vida. Y generalmente, cosas de políticos. He intentado no politizar la música, porque he querido hacerla para gente que tiene el oído en el lado derecho y otros que lo tienen en el pado izquierdo. Hay algunos artistas patrocinados que han hecho de su música un ideal político. Yo estoy más como Manuel Alejandro, viendo venir los barcos. Igual ha molestado eso.
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