![](/cadiz/prensa/noticias/200904/09/fotos/177325.jpg)
La remodelación del Gobierno refuerza el poder de Fernández de La Vega
En un gesto sin precedentes, Rodríguez Zapatero explicará de manera voluntaria en el Congreso los cambios en su Gabinete
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarMuchos la daban por enterrada. María Teresa Fernández de la Vega fue, con permiso de Pedro Solbes, uno de los miembros del Gobierno sobre los que más rumores se desataron cuando a finales del pasado año comenzaron a sonar con insistencia los tambores del cambio. Pero la vicepresidenta primera ha salido indemne de todas las remodelaciones realizadas por José Luis Rodríguez Zapatero y ahora, cuando apenas quedan cuatro miembros de aquel Gabinete primigenio de 2004, tiene más peso y más responsabilidades que nunca.
El jefe del Ejecutivo le ha encomendado la función pública que, hasta ahora, dependía del ministerio que ocupará el vicepresidente tercero, Manuel Chaves. Hace depender de ella así el cumplimiento de uno de sus principales compromisos de investidura. En su primer intervención ante el Congreso, Rodríguez Zapatero anunció una amplia reforma de la Administración Pública, tarea ímproba que ahora tendrá que desarrollar la vicepresidenta primera y que busca hacer más «funcional» el Gobierno.
«Nuestro objetivo es aprovechar al máximo todos los instrumentos que aportan las nuevas tecnologías para que la Administración sea más próxima y eficaz en el servicio al ciudadano», dijo la número dos del Gobierno en la rueda de prensa posterior al primer Consejo de Ministros recién remozado.
Fernández de la Vega queda despojada de una de las cinco comisiones delegadas que comenzó a presidir hace ahora un año. Estos grupos de trabajo coordinan distintos ministerios en asuntos que requieren políticas transversales. La vicepresidenta primera se ocupa de las de inmigración, cambio climático, igualdad y cooperación al desarrollo, pero la de política autonómica dependerá a partir de ahora de Chaves. Según explicó ella misma, el Gobierno pretende inaugurar una nueva etapa. «Ha llegado el momento de pasar de un Estado reivindicativo a un Estado cooperativo», dijo.
Importantes cargos del PSOE y del Ejecutivo se quejaban en los últimos meses de la falta de armonización interna, crítica con la que apuntaban a Fernández de La Vega. Fuentes cercanas al presidente del Gobierno admiten que el protagonismo de la vicepresidenta primera ha sido menor en lo que va de legislatura que en los cuatro años previos, pero el tiempo ha dado la razón a quienes lo atribuían a un desplazamiento de las prioridades gubernamentales hacia la economía más que a que hubiera perdido la confianza de Rodríguez Zapatero.
El jefe del Ejecutivo, en todo caso, ha compensado a los detractores de la vicepresidenta al dar a su Gabinete mayor peso político con la incorporación del ex presidente de la Junta de Andalucía y del vicesecretario general del PSOE, José Blanco.
Rendición de cuentas
El ascenso de ambos acallará las voces de todos los que durante cinco años han reclamado, desde el partido, ministros con perfiles menos técnicos, pero ya ha puesto en guardia al resto de grupos parlamentarios y, sobre todo, al principal partido de la oposición.
Rodríguez Zapatero tendrá ocasión de comprobarlo cuando comparezca ante el Congreso para dar explicaciones de esta remodelación efectuada tan sólo un año después de que arrancara su segundo mandato.
No es habitual que el presidente del Gobierno se someta a una sesión de este tipo. Y lloverán muchos reproches porque ha deshecho la mayor parte de los cambios de estructura realizados en los últimos años y porque, lejos de adelgazar la Administración del Estado con la supresión de ministerios, crea una tercera vicepresidencia.
Fernández de La Vega defendió que ello obedece justamente a que en tiempos de crisis hace falta incrementar la coordinación y la cooperación territorial para ser más eficientes. «Cuando la gente lo está pasando mal es cuando más urge que no fallemos desde las administraciones», alegó.
Lo paradójico es que, pese a los compromisos de Rodríguez Zapatero, el instrumento creado en la pasada legislatura para este fin, la Conferencia de Presidentes, no se ha reunido ni una sola vez en toda la legislatura. Y, según admiten en La Moncloa, no se reunirá hasta que se alcance un acuerdo sobre el nuevo modelo de financiación autonómica.