Universidades vuelve a Educación de la mano del rector Ángel Gabilondo
Trinidad Jiménez asume la cartera de Sanidad y con ella las Políticas Sociales, tras la rectificación de la estructura del Ejecutivo
| COLPISA.MADRIDActualizado:Menos de un año después de su anexión al Ministerio de Ciencia y Tecnología que dirige Cristina Garmendia, la Secretaría de Estado de Universidades vuelve al Ministerio de Educación de donde nunca debió salir, y lo hace de la mano de un rector de prestigio como Ángel Gabilondo. Es una de las sorpresas de la crisis de gobierno que barruntaba José Luis Rodríguez Zapatero desde hace días. Otra, la designación de Trinidad Jiménez, hasta ahora secretaria de Estado para Asuntos Iberoamericanos, como ministra de Sanidad, departamento que tendrá un mayor peso político ya que a sus cometidos sumará la responsabilidad de las Políticas Sociales, hasta ahora en manos de Educación.
En síntesis, la parte de la crisis de Gobierno que todavía no se había adelantado supone desandar lo andado y modificar la estructura del área social que el presidente ideó para su Ejecutivo tras la victoria electoral de marzo de 2008. «Se puede entender como una rectificación», reconoció Rodríguez Zapatero.
Ángel Gabilondo es sobre todo un hombre de universidad, lo que le convierte en la gran baza del presidente para evitar que las protestas estudiantiles contra el proceso de Bolonia se conviertan en un movimiento de más calado en un contexto de grave crisis económica. Catedrático de Metafísica, rector de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE), el nuevo ministro de Educación tendrá que desplegar todas sus dotes pedagógicas con los universitarios para hacerles ver las excelencias del acuerdo que en 1999 firmaron los ministros de la UE en esa ciudad italiana para la creación del Espacio Europeo de Educación, destinado a facilitar el intercambio de titulados y adaptar los estudios universitarios a las demandas sociales. Esas iniciativas, en opinión de sus detractores, traerán sobre todo la mercantilización de los campus, con la desaparición de los títulos que no sean rentables, y un encarecimiento del acceso a las carreras, lo que niegan repetidamente las autoridades educativas. «Tenemos un gran reto, el proceso de Bolonia, que exige explicaciones y diálogo en los ámbitos universitarios, y la personalidad del ministro responde a ese perfil», dijo Rodríguez Zapatero al justificar su designación.
Cómo sortear el enjambre de Bolonia será el principal reto de Gabilondo, pero no el único. Sobre la mesa están asuntos de tanto calado como la calidad de la enseñanza pública, el aumento de plazas de educación infantil, la delicada situación de los docentes, la aplicación de la reforma de la LOE o el futuro Estatuto del Estudiante Universitario.
Política social
La segunda sorpresa en el área social del nuevo Gabinete la constituye el nombramiento de Trinidad Jiménez como nueva ministra de Sanidad en un departamento que recoge además las Políticas Sociales, con anterioridad en manos de Educación. Otra rectificación con la que Rodríguez Zapatero pretende impulsar leyes como la de Dependencia, uno de los grandes proyectos sociales de su mandato, pero paralizado en la práctica por falta de iniciativa política -también desde las comunidades autónomas- y, sobre todo, de asignación presupuestaria. Jiménez, eterna ministrable desde la victoria electoral del PSOE en 2004 y persona del círculo de confianza del presidente del Gobierno, otorga al Ministerio de Sanidad un perfil mucho más político que el de su antecesor, el científico valenciano Bernat Soria, que ha permanecido veinte meses en el cargo. Muy poco tiempo para poder hacer frente a las grandes cuestiones que afectan a la sanidad, con el problema añadido de que la mayor parte de las competencias en este apartado están transferidas.
Es necesaria «una intensa actividad de diálogo y coordinación con las comunidades autónomas y Trinidad Jiménez es la persona idónea por su capacidad política y sensibilidad social», explicó Rodríguez Zapatero.
Asuntos como las listas de espera o un posible endurecimiento de la ley antitabaco ocuparán un hueco en la agenda de la nueva ministra, que ya se ha encontrado con el primer problema antes incluso de tomar posesión. La Unión de Consumidores de España (UCE) manifestó su «inquietud» por la desaparición de la denominación Consumo del nuevo ministerio.