Paro, sistema financiero y un nuevo modelo económico, retos inmediatos
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarElena Salgado tiene frente a sí la imponente tarea de sacar a España cuanto antes de la peor crisis que se recuerda, aclarar el panorama financiero cuya fortaleza empieza a cuestionarse dentro y fuera del país, reflotar el empleo, sentar las bases del crecimiento futuro y llevar a cabo el siempre venidero cambio de modelo económico. Todo eso con la austeridad en el gasto y la coordinación de todos los ministerios como premisas fundamentales, y la obligación de dar una imagen nueva, radicalmente opuesta a la atonía mostrada por su antecesor.
Antes de nada, y ahí dará las primeras pistas sobre su actuación futura, Elena Salgado deberá formar su equipo. Lo que conlleva mantener o deshacer al que ha sustentado a Pedro Solbes. Todas las miradas se centran en los secretarios de Estado de Economía y de Hacienda, David Vegara y Carlos Ocaña. El segundo parece mejor situado.
El paro (el país camina hacia los cuatro millones de desempleados) es la primera gran piedra en el camino. El Gobierno se ha negado hasta ahora a un cambio profundo del mercado laboral, aunque Zapatero, en la presentación del nuevo gabinete, asignó a Salgado la tarea de «preparar nuevas formas de articular la producción y el trabajo». Cualquier reforma debería de contar con el apoyo de los agentes sociales, que hoy se encuentran más distanciados que nunca y encastillados en sus posturas. La ministra deberá aunar a sus reconocidas firmeza y capacidad de gestión una ingente cantidad de 'mano izquierda'.
Otra de las tareas complicadas será la de abordar los problemas del sistema financiero español, cuestionado por primera vez en lo que va de crisis internacional y que se encuentra abocado a un proceso de reestructuración en el que el papel del Gobierno no está del todo definido. En principio, será el Banco de España quien pilote la situación y tome las decisiones. Las cajas de ahorros, impregnadas de su inherente componente político, están en la picota y eso ha puesto la solvencia y fortaleza del propio sistema en entredicho, así que lo lógico es que Salgado dé un paso al frente.
El pretendido cambio de modelo económico, bandera de Zapatero para afrontar el futuro inmediato, no es un desafío menor que los anteriores. España, tradicionalmente a la cola de Europa en innovación y competitividad, está obligada a cambiar de registro. El problema es que no resulta fácil encontrar a tiempo un sustituto al ladrillo. En la agenda inmediata de Salgado se encuentran también una serie de profundas reformas estructurales que permitan liberalizar el comercio.