'Voyeur' entre el asfalto
Julián Delgado expone en la galería Rafael Gordon su colección 'Miradas al desnudo' con la que se aleja de las recreaciones urbanas que predominan en su obra
| CÁDIZActualizado:La recreación de la belleza puede ser el tema más recurrente de las expresiones artísticas, pero no por ello dejan de cumplir su finalidad: provocar en el espectador, -y al artista- un ciclón de fantasías, imágenes oníricas o de la realidad más contundente, conmover, al fin y al cabo. El desnudo femenino, visto desde diferentes prismas, podría entenderse como su máximo exponente. Para el creador Julián Delgado su composición ha supuesto, además, un respiro entre tanto asfalto.
El gaditano (1972) expone hasta el próximo 25 de abril sus Miradas al desnudo en la galería Rafael Gordon. 26 piezas en acuarelas, óleos y carboncillos de diferentes tamaños en las que, cuenta, busca la serenidad y la vista al infinito.
Los desnudos femeninos de Julián Delgado sugieren al espectador una situación íntima en la cual las figuras se comportan tal como si en realidad estuvieran solas y nadie las observara. «Relajadas por completo y en poses placenteras, parecen abandonarse a sueños y fantasías eróticas que en otros casos sólo inventan los deseos masculinos», glosa en el catalógo de la colección Alejandro Botubol.
El artista parte del desnudo clásico para después deconstruir, y «darle un aire contemporáneo», con códigos de barras y binarios. En los cuadros, el trazo curvo y sinuoso de la modelo se contrapone a la frialdad codificada de las bandas simétricas que los rodean. Son los límites del sempiterno juego del voyeur, en el que el espectador «penetra en la esfera íntima de la persona, ve algo que no está dirigido a él y, no obstante, permanece como espectador secreto, lo que le permite ser lascivo sin ser reconocido».
Irrupción de color
Los tonos azules y anaranjados inundan la colección que se exhibe estos días en la galería Rafael Gordon. Su artífice lleva años consagrado a la preparación de Yellow cars, una exposición patrocinada por la Caja Inmaculada. «Casi siempre pinto retratos y paisajes urbanos en tonos grises y necesitaba cambiar a tonos apastelados», sostiene Julían Delgado, al que su experiencia como padre -tiene una hija de dos años y medio- le ha hecho adoptar un cambio momentáneo en su forma de pintar.
Julián Delgado es técnico superior en grabado y estampación por la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Cádiz, ha realizado diferentes exposiciones individuales y colectivas tanto en España como en el extranjero y es miembro activo del grupo Manglar de Cádiz. En el otoño de 2008 fue galardonado con el Premio de la Fundación Vipren.