Tren hacia la memoria
| CRÍTICO DE TEATRO Actualizado: GuardarHace ya más de treinta años que el argentino Arístides Vargas se ha caracterizado por dar un aire nuevo a la dramaturgia latinoamericana. Sus obras, ampliamente conocidas y traducidas, tienen siempre un aire de nostalgia y evocación que nos sugieren mundos arraigados en la memoria. Como si se tratase de una consecuencia natural, el grupo gaditano Albanta, logra cierto connubio con la obra de Vargas titulada Flores arrancadas a la niebla. La obra nos habla de viajes a ninguna parte, de exilios, de esperas, de Dios, de direcciones contrarias y encontradas, de intimidades confiadas a extraños, de hambre, de miedos y vidas sin futuro cierto, en suma, del sufrimiento de los apátridas.
La propuesta de la compañía es valiente pues se arriesga con un texto alejado de artificios o convencionalismos; pretende ante todo, seducir al espectador con la palabra y el gesto breve y comedido. Valiente también porque no intenta en ningún momento ser complaciente con el espectador de hoy en día. Ya en su anterior montaje titulado Celeste Flora, este grupo gaditano, se aventuraba con una estructura en la que exploraba con el teatro de palabra y la intensidad interpretativa.
La iluminación casi en sombras y el trazo simple en escena, además de conseguir ese aire nostálgico y atemporal que requiere la obra, permite el lucimiento de las actrices, quienes asumen su tarea con solidez y soltura. Aunque defendido por ambas con credibilidad y madurez, destaca sin duda la versatilidad emotiva de Charo Sabio. Hubiese ayudado a la propuesta plástica del montaje un vestuario más acorde, más sugerente, más estilizado y menos pulcro quizás.
Cabe mencionar también, lo incómodas y desatinadas interferencias provenientes de la misma sala: ora voces por debajo de la tribuna, ora público entrando tarde, ora la puerta de emergencia entreabierta con alguien charlando, ora otro que cruza. Y no es la primera vez que soy testigo de estos incidentes, pero, sinceramente tratándose del denominado teatro de aquí. sabe mal, muy mal.