El mundo llora el fin de una estirpe
Familia y amigos velan entre recuerdos y sonrisas el cuerpo de Chano Lobato, que será incinerado mañana a las diez de la mañana
Actualizado: GuardarPorque "con él no había pena posible", según Matilde Coral, en el velatorio por el cantaor Chano Lobato hubo ayer lágrimas, pero también muchas sonrisas.
El tanatorio de la SE-30 en Sevilla se convirtió ayer en el epicentro del dolor y las anécdotas de "el último mohicano del flamenco", según Pansequito. Matilde Coral, Aurora Vargas, Pansequito, Fosforito, Miguel Poveda, José Chamizo o Maite Pulpón fueron algunas de las personalidades que se acercaron a la sala 22 del centro para presentar respetos al "último representante de una estirpe que termina", que dijo el director de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, Francisco Perujo.
Rodeado de coronas y acompañado pro sus hermanas, sobrinas, viuda y su hijo Chano reposa el cuerpo del genio gaditano Juan Ramírez Sarabia, que será incinerado mañana a las 10.00 en el cementerio de San Fernando. A las 9.15 se oficiará un responso por su alma. Chano, hijo del cantaor, relató que la diabetes terminó con la vida de su padre, al que encontraron ayer noche "dormido con las manos juntas como dando palmas", explicó. El cantaor había completado en junio su última actuación en público en El Puerto de Santa María. Por su expreso deseo, una parte de sus cenizas se esparcirán en el río Guadalquivir a su paso por Triana y en Atlántico tras la antigua cárcel de Cádiz, en el Paseo de los Vendavales. Sucederá después de Semana Santa.