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Obama y Zapatero, poco antes de su reunión. / AFP
ESPAÑA

«Estoy contento de llamarle amigo»

Obama respalda a Zapatero y elogia que entienda «extraordinariamente bien» la influencia de España en el mundo

PAULA DE LAS HERAS
| COLPISA. PRAGAActualizado:

Ahora sí. José Luis Rodríguez Zapatero puede presumir de que Barack Obama le ha llamado «amigo» Y también de que, en contra de lo que siempre le ha recriminado el principal partido de la oposición, considere que es «alguien que entiende extraordinariamente bien la influencia que España tiene en el mundo». El carismático líder de la primera potencia mundial se refirió a él con estas palabras poco antes de celebrar la anhelada entrevista entre ambos dirigentes tras la cumbre informal UE-EE UU celebrada en Praga. El encuentro de 45 minutos -en el que no se trataron temas en profundidad- supuso un inesperado regalo al jefe del Ejecutivo, que no atraviesa su mejor momento interno.

Las consecuencias reales que pueda tener eso que Rodríguez Zapatero ha definido como «nueva etapa» en las relaciones entre ambas administraciones aún está por ver. Pero tras haber conseguido consolidar un asiento en el G-20, aunque fuera accediendo al cónclave por la puerta de atrás, el presidente del Gobierno volverá a casa mañana con el aura del mandatario que cuenta a ojos del líder norteamericano.

Lejos de hacer el más mínimo reproche público por el abandono de la misión de la OTAN en Kosovo o de insinuar que España no ha respondido a sus expectativas en Afganistán -se enviarán 450 soldados más sólo para cubrir las elecciones de agosto- , Obama elogió el compromiso internacional de Rodríguez Zapatero. «Se toma su responsabilidad con mucha seriedad», aseguró. Bien es cierto que el Gobierno español ha sido el tercero de los de la OCDE que más medios ha dedicado a estímulos fiscales en proporción al PIB, la receta frente a la crisis económica que con más vehemencia defendía Estados Unidos.

El inquilino de la Casa Blanca ha dedicado flores a otros dirigentes a lo largo de estos días, pero no son tantos los líderes europeos que han sido bendecidos por su poderoso verbo. Además, sus principales encuentros han sido con anfitriones de las distintas cumbres celebradas a lo largo de esta semana así que sólo el presidente polaco, Lech Kaczynski, y Rodríguez Zapatero han gozado de idéntico trato pese a no ser organizadores de ningún evento.

Relación «sólida»

La diplomacia había trabajado para que el encuentro se celebrara en Estrasburgo, durante la cumbre de la OTAN, pero la parte estadounidense decidió que fuera en Praga, el día 5. Eso obligó a Zapatero a ajustar al milímetro su agenda. En origen tenía previsto abandonar la capital checa a última hora de la mañana para, por la tarde, asistir a la primera reunión de alto nivel que celebran España y Turquía en Estambul. Por eso, y por el carácter informal de la cita, apenas había acreditados periodistas españoles para la cumbre europea.

La imposibilidad de anular la cita con los turcos, impedía que el presidente español compareciera hasta la noche ante la prensa para dar cuenta de la reunión. Pero, antes de entrar en la sala donde tuvo lugar la cita, Obama decidió responder a las preguntas desesperadas que a gritos le hacían los redactores y sus palabras llegaron a tiempo para todos los telediarios. «Estoy contento de poder llamarle amigo», «he disfrutado mucho trabajando con Zapatero estos últimos días» y «quiero que la relación entre los dos países, que ya es sólida, sea aún más fuerte», dijo.

El presidente del Gobierno también se arrancó entonces para asegurar que espera colaborar con su homólogo estadounidense en la construcción de un «orden mundial de paz más justo, en la lucha contra la pobreza y en proporcionar a las nuevas generaciones un tiempo mejor».

En la reunión , Rodríguez Zapatero aprovechó para reiterar su convicción de que la consecución de la paz en Oriente Próximo es determinante para la estabilidad y ofreció la experiencia española en energías renovables.