El sector hace y espinosa deshace
Actualizado:E l Foro Interalimentario, asociación para la mejora de la formación e información de los consumidores y de la sociedad, ha presentado un informe que constata que en España, segundo productor europeo de carne, las explotaciones ganaderas junto con la industria de piensos, emiten un 9 por ciento del total nacional de los gases con efecto invernadeo, por debajo de otros sectores como el transporte o el energético. Es decir, la mitad de la media mundial estimada por la FAO. Además, su incremento en el periodo 2001-2006 ha sido solo del 0,6 por ciento. Nos encontramos ante una situación bastante habitual en estadística, como es la extrapolación de datos a universos diferentes. La FAO maneja estadísticas sobre la agricultura mundial, no sujeta a los cada vez más estrictos controles ambientales de la Unión Europea. Este sector contamina, pero cada vez menos y menos que la mayoría, al menos en sociedades avanzadas como la española. Todo ello, sin olvidar los enormes retornos ambientales que genera.
También la pasada semana la Asociación Empresarial para la Protección de Plantas (AEPLA), hizo balance del consumo de fitosanitarios en 2008. Un sector imprescindible para la producción suficiente de alimentos cuyo éxito está condicionado a la buena gestión ambiental. Por ello se ha ratificado un nuevo código deontológico que obliga a reforzar las acciones a favor del el buen uso de estos productos, la protección de aguas y la lucha contra el tráfico ilegal de productos fitosanitarios. Mientras tanto, la Ministra de Medioambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, respondía en el diario 20 Minutos a un lector que preguntó por qué se ha unificado en un mismo ministerio, a los que «contaminan de tantas maneras y los que tienen que velar por el medio ambiente».¿Cuál fue su respuesta escrita, por tanto, meditada? Solo dijo que muchas comunidades autónomas también lo hacen y que la UE lo ve positivo. Cualquiera que lo haya leído habrá aplicado el viejo dicho de que quien calla otorga. Con amigos así, no hacen falta los enemigos.