El último 'barón'
| COLPISA. SEVILLAActualizado:La trayectoria de Manuel Chaves (Ceuta, 1945) transcurre ligada indisolublemente a la vida política andaluza, donde ha sido presidente del ejecutivo autonómico durante 19 años consecutivos y ha sobrevivido hasta ser el único barón socialista que todavía conservaba el poder. Ahora volvería al panorama nacional para encargarse de un área de relaciones regionales, fundamental en la recta final de la negociación de la financiación autonómica y con varios estatutos aún por cerrar.
En la Junta le sucedería, según fuentes socialistas y del ejecutivo, el viceconsejero económico, José Antonio Griñán, un hombre crecido políticamente a la sombra de Chaves y que como él fue ministro de Trabajo con Felipe González.
Doctorado en Derecho, cinéfilo empedernido y deportista asiduo, Manuel Chaves está casado y con dos hijos, aunque ahora vuelca sus mimos con su nieta Lucía. Ha residido la mayor parte de su vida en Sevilla y Cádiz, provincia por la que concurrió como cabeza de lista al parlamento autonómico. En sus años de universidad en Sevilla, a mediados de los 60, coincidió con destacados militantes antifranquistas como Amparo Rubiales, Javier Pérez Royo, Rafael Escuredo o Felipe González, con quienes se inició en la actividad política. En esa época participó en la reconstrucción de PSOE y del sindicato UGT durante los últimos años del franquismo y la transición a la democracia.
Su esfuerzo se reconoció con un papel en la ejecutiva federal socialista entre 1981-1986, fecha en la que se incorporó al Gobierno de Felipe González como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Posteriormente volvió a la dirección del PSOE, primero como miembro de la ejecutiva y ya en 2000 como presidente del partido. Su carrera política en Andalucía, principal granero de votos socialista, comienza en 1994, al ser elegido secretario general de los socialistas andaluces, y culmina en 1990 con su investidura como presidente de la Junta, cargo en el que ha permanecido durante cinco mandatos consecutivos. En marzo de 2008 fue reelegido presidente de la comunidad por sexta vez.
En este tiempo, ha tenido que soportar diversas variables a la hora de gobernar, desde mayorías absolutas (como las registradas en 2004 e incluso en 2008, aunque en este caso con menor distancia respecto al PP) hasta pactos forzosos con los nacionalistas del Partido Andalucista. Fue tras la impensable pinza entre el PP e IU, con Javier Arenas y Luis Carlos Rejón al frente, que obligaron a adelantar en 1996 las elecciones ante la dificultad de sacar adelante cualquier proyecto de gobierno.
Experiencia y lastre
Su mandato se ha caracterizado por la defensa de la cohesión social y territorial, y se ha apuntado el tanto de sacar adelante el nuevo Estatuto de Autonomía y cerrar el lastre de la deuda histórica, es decir, el dinero que la comunidad dejó de recibir en áreas como educación, vivienda o sanidad al recibir las competencias autonómicas en los años 80.
Ha potenciado especialmente la reducción de la brecha social, y facilitado el acceso a pensiones no contributivas. También la sanidad ha ido a la vanguardia del resto del país, y ha consolidado a la comunidad como punto de referencia en biomedicina.
La larga experiencia al frente del ejecutivo andaluz había empezado a convertirse en un lastre de cara al electorado socialista, que acusaba ya cierto desgaste. El ascenso logrado por el PP en los pasados comicios, alcanzando su techo parlamentario con 41 escaños, motivó que el PSOE andaluz iniciase tímidamente el debate de la sucesión. El propio Chaves incluso lanzó su deseo, durante la pasada campaña electoral, de que el recambio fuese una mujer. No obstante, ante las disputas que se avecinaban entre las distintas familias del socialismo andaluz, apuntó su intención de mantenerse en el cargo si el partido le requería.
La marcha a Madrid precipitará un debate que nadie en el socialismo andaluz quería ahondar.