INCÓGNITA. Cientos de estudiantes gaditanos se plantean si pueden cursar sus estudios fuera de casa después de examinarse de la Selectividad. / ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

Estudiar una carrera fuera de la provincia cuesta un mínimo de 8.000 euros por curso

Los gastos pueden aumentar hasta los 22.000 euros si se trata de una Universidad privada El desembolso económico a lo largo de una Licenciatura supera los 40.000 euros

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La elección de una carrera u otra para para dar el salto a la Universidad puede ser cuestión de dinero y no una decisión vocacional, ya que vivir esta experiencia académica tiene un coste muy alto. En la actualidad, las familias que quieren enviar a sus hijos a algún centro situado fuera de la provincia para ofrecerles la formación que han elegido tienen que hacer frente a un elevado desembolso económico, que en la mayoría de los casos es asumido por los padres de los estudiantes.

Estos gastos pueden aumentar o descender en función del tipo de Universidad en la que se van a cursar los estudios, es decir, si es pública o privada, o si el alumno se va a alojar en una residencia de estudiantes, en un colegio mayor o en un piso de alquiler, y si éste prefiere hacerlo en solitario o compartiendo habitación con otro compañero. No obstante, esta experiencia no costará menos de 7.800 euros por curso, lo que significa un desembolso de alrededor de 780 euros al mes, una cifra que se asemeja a lo que una familia puede pagar hoy en día por la hipoteca de su casa.

Si la familia busca la opción más económica, el estudiante debe matricularse en un centro de carácter público, lo que supondrá entre 800 y 1.100 euros, dependiendo de la carrera que haya elegido; alojarse en un piso compartido con otros compañeros-que supondrá alrededor de 4.000 euros al año- y no superar los 3.000 euros en gastos derivados del transporte, del material necesario para estudiar (libros, fotocopias...) y de la cesta de la compra. Sin embargo, este precio puede dispararse hasta los 22.000 euros si la familia está dispuesta a asumir los gastos que supone matricularse en una Universidad privada y que su hijo esté perfectamente atendido, en régimen de Todo Incluido, en una residencia o colegio mayor.

Manuel Sagüés, subdirector del Colegio Mayor Larraona de Navarra asegura que estudiar fuera de casa «cuesta un dineral», aunque este centro nunca ha tenido dificultades para completar sus 209 habitaciones, ni siquiera ahora en tiempos de crisis. «La estancia puede alcanzar los 8.000 euros por curso, a lo que hay que sumar los más de 9.000 que cuesta una privada y 3.000 de gastos. En total, el precio puede oscilar en torno a los 22.000 euros», apuntó. El alojamiento en el Colegio Mayor Chaminade de Madrid cuesta alrededor de 800 euros al mes y una habitación individual con todos los servicios en la residencia de estudiantes Los Bermejales de Sevilla en torno a los 600.

Esto significa que costear una carrera fuera de la provincia de Cádiz supone al final de los estudios una inversión de 80.000 euros, en la privada, y no menos de 40.000 tomando todas las restricciones posibles y en una Universidad pública.

Los principales motivos que animan a los estudiantes gaditanos a marcharse a otras universidades andaluzas o de otras comunidades autónomas son varias. La principal razón que dan algunos de ellos es la de cursar una carrera que no existe en la provincia, como Periodismo, Farmacia, Veterinaria, INEF o Psicología, un grupo de licenciaturas que reúnen a numerosos gaditanos en las facultades de Sevilla o Granada, las más demandadas por parte de gaditanos como María Jesús Gutiérrez. «Me he visto obligada a marcharme porque no me quedaba más remedio si quería estudiar Psicología. Cádiz tiene que ponerse las pilas para conseguir otras titulaciones», asegura esta gaditana que reside en El Puerto de Santa María.

Inversión en formación

Otra de las razones que esgrimen muchos de estos universitarios es el prestigio que tienen determinadas universidades dentro del territorio nacional. En este sentido, destacan los centros de Navarra y Madrid, donde se trasladan muchos de estos alumnos a pesar del elevado nivel de vida que existe en estas dos zonas, lo que supone también el incremento de los costes durante el periodo de estudios.

Sin embargo, los gaditanos siguen apostando por invertir en su formación y el número de personas que se marchan a otras carreras a estudiar se mantiene. Quico Barcala, director del IES Rafael Alberti, asegura que los alumnos que tienen claro que se quieren ir fuera de su ciudad lo hacen. «Por dinero no creo que sea, ya que hoy en día hay numerosas becas que te permiten acceder a estos estudios», afirma.

De esta misma opinión es María Delgado, madre de una estudiante de segundo curso de Bachillerato que ha decidido estudiar Económicas en Sevilla. «Prefiero privarme de algunos caprichos para que mis hijos tengan la formación que desean y no se arrepientan cuando sean más mayores. Aunque tenga que hacer el esfuerzo, mi hija estudiará en Sevilla si saca la nota que le piden tras aprobar la Selectividad», aseguró.

nagrafojo@lavozdigital.es