Más de 135 conductores son cazados cada día por los radares de la provincia

Más de 135 conductores son cazados cada día en las carreteras de la provincia circulando por encima de la velocidad permitida. Ese es, al menos, el número de infractores detectados entre los meses de enero y febrero por los 14 puntos fijos de control de velocidad con los que cuenta la DGT en la provincia. Éstos se distribuyen por toda la red de carreteras gaditana, desde Tarifa hasta Sanlúcar, tanto en vías estatales como autonómicas.

La cifra de expedientes sancionadores -facilitada por la Jefatura Provincial de Tráfico de Cádiz- resulta llamativa por el alto número de conductores infractores. Pero lo es aún más si se compara con el cómputo total de multas que se tramitaron el pasado año, con el mismo número de radares. Y es que en sólo dos meses (siendo además febrero el más corto del año), se ha alcanzado ya casi un tercio (el 28%) del total de sanciones de un año entero.

Según Tráfico, en 2008 fueron 28.578 los conductores pillados por los radares. Dicho de otro modo: el pasado año (teniendo en cuenta que el año fue bisiesto) los controles fijos detectaron cada día a 78 conductores que infringieron la normativa vial. La cifra, por supuesto, también es superior a la que se registró en 2007, aunque la comparación en este caso no es equivalente, ya que hace dos años el número de radares en la provincia de Cádiz era sensiblemente inferior: apenas existían siete puntos de control de la velocidad.

Tráfico no desgrana en sus estadísticas cuántos conductores cazados corresponden a cada uno de los 14 radares. Aunque éstos se sitúan tanto en autovías supuestamente seguras, donde la velocidad límite es de 100 km a la hora (como la autovía A-381 entre Jerez los Barrios), pero también en puntos problemáticos y peligrosos, donde la velocidad excesiva a veces resulta un factor de vida o muerte: ejemplo de éstos son el kilómetro 84 de la N-340 (en Tarifa), el kilómetro 0 de la CA-34 (en San Roque) o la curva de Torregorda, en la CA-33 (en Cádiz); tres puntos considerados por el Ministerio de Fomento como tramos de concentración de accidentes (y por tanto peligrosos) donde hay radares instalados.

Los datos del arranque del 2009 podrían interpretarse como preocupantes, no sólo para los bolsillos de los sancionados, sino porque revelan que los puntos de control de velocidad tienen cada vez menos repercusión como medida coercitiva, ya que menos conductores reaccionan al ver las señalizaciones que alertan de su presencia en las carreteras.

Al menos, los sancionados aprenderán la lección a base de multa: desde 140 euros hasta más de 300, más la pérdida del carné un mes. Además de penas de cárcel para los caso más extremos.

mgarcia@lavozdigital.es