Orgullo de alcalde
Sus historias jamás serán portada, porque su secreto es sencillo: sacrificio y esfuerzo frente a corrupción. Los regidores andaluces reivindican su honestidad
| SEVILLAActualizado:Unos treinta alcaldes y concejales están imputados en Andalucía por la comisión delitos contra la ordenación del territorio. Una cifra que se puede considerar alta, pero resulta menor si se compara con los 771 primeros ediles y los miles de concejales que desarrollan su labor en nuestra Comunidad. Una tarea ardua, no siempre bien remunerada. En pueblos pequeños y medianos, además, el regidor está 24 horas de guardia. Los vecinos no entienden de competencias estatales, autonómicas o locales: quien le soluciona sus problema habita en la Casa Consistorial. Las encuestas reflejan que la clase política española no cuenta, precisamente, con la confianza de la sociedad. Un colectivo denostado que lucha, sobre todo, por evitar que se generalice esa opinión.
Cuatro abnegados primeros ediles cuentan su día a día y la repulsión que les merece cualquiera que, haciendo valer su cargo, intente lograr beneficios espurios.
FRANCISCO VACA GARCÍA
Castellar de la Frontera (Cádiz). PSOE
«Sólo cojo una semana de vacaciones al año»
El alcalde Paco llega sobre las ocho menos cuarto de la mañana a la puerta del coqueto Ayuntamiento de Castellar de la Frontera, municipio gaditano de 3.200 habitantes. Mete la mano en su bolsillo, saca las llaves y abre la Casa Consistorial. «Me gusta ser el primero en llegar», acota Vaca, que lleva gobernando esta localidad del Campo de Gibraltar desde 1995. Siempre ha ganado por mayoría absoluta.
«Ser alcalde en un pueblo significa estar siempre de guardia, porque los vecinos te preguntan por todo», explica. Dice que en la política, al menos en la local, sólo se puede estar por vocación. Su sueldo es de 2.100 euros al mes. «Un administrativo de mi Ayuntamiento gana casi lo mismo que yo, 2.000 euros al mes», añade como anécdota.
El término dedicación exclusiva se aplica en toda su acepción al regidor de Castellar. «A lo mejor no se lo cree -le cuenta al periodista-, pero en los 18 años que llevo de alcalde jamás me he tomado un mes seguido de vacaciones, lo máximo fue 15 días hace cuatro años, pero lo normal es que me tome sólo una semana y, además, la dedico a viajar con un grupo de jubilados del pueblo a los que hago de fotógrafo y guía», cuenta orgulloso Vaca. La Semana Santa y la Feria no hay quien lo mueva de Castellar. Por eso le molesta, y mucho, que ante los casos de corrupción que se han conocido en los últimos años se generalice. «No se puede meter a todo el mundo en el mismo saco; la gran mayoría de los alcaldes trabajamos con honradez y honorabilidad; tenemos la conciencia muy tranquila porque sólo buscamos el bien de todos los ciudadanos de nuestros pueblos», sentencia.
A Vaca le gusta sacar pecho con un dato inusual en su gremio: el Ayuntamiento de Castellar de la Frontera no tiene carga financiera ni deudas. Los proveedores cobran cada tres meses. «Pero esto no siempre en es bueno -apostilla el alcalde-, porque luego se condonan deudas a los ayuntamientos que no pagan, mientras a los que pagamos y cumplimos no nos dan ningún incentivo, algo que me parece ilógico».
PABLO LÓPEZ
Albolote (Granada). PP
«El poder corrompe sólo a los que son corruptos»
Si a Pablo López hubiera que pagarle las horas extraordinarias, el Ayuntamiento que preside tendría un serio problema: comienza su jornada a las nueve de la mañana y la termina a las diez de la noche. Sus comidas siempre suelen ser de trabajo. Este hombre nunca pone mala cara cuando un vecino quiere contarle un problema. «A veces hacemos más de psicólogos o de trabajadores sociales que de alcaldes, porque la gente necesita desahogarse, que alguien les escuche aunque finalmente no tenga competencias para ayudarles», explica López, que a sus 36 años su vida es su profesión. Está soltero y su pasión es Albolote. «Tenemos 13.725 habitantes y estamos muy cerca de la capital; eso provoca que estemos a medio camino entre un pueblo grande y una ciudad media, con lo que nuestras necesidades se multiplican por dos», cuenta el regidor alboloteño.
Asegura, sin paños calientes, que para él es un orgullo servir a su ciudad. «Y eso que a veces me lo ponen muy difícil, porque te ponen en muchos aprietos». Pablo se explica: «recientemente vino a la Alcaldía una pareja que quería divorciarse y querían que yo les dijera cómo tenían que hacerlo».
Y es que, a su juicio, los primeros ediles siempre están en primera línea de fuego ante sus vecinos. «Si un alcalde no es cercano, seguro que lo pasará mal», puntualiza.
Este regidor del PP, que se ha pasado ocho años en la oposición antes de acceder a la vara de mando, coincide en su repulsa por los casos de ilegalidades que se han conocido en varios ayuntamientos. «Es cierto que el poder corrompe, pero sólo a los corruptos, y esos casos nos indignan a todos», expresa con firmeza.
MIGUEL ÁNGEL MÁRQUEZ
Arahal (Sevilla). IUCA
«Gano lo mismo que como profesor»
Era uno de los puntos más peculiares de su programa electoral. Y, tras acceder en 2007 a la Alcaldía, lo cumplió. Miguel Ángel Márquez había prometido a sus vecinos que si ganaba, cobraría lo mismo que si no fuese alcalde, es decir, la misma cantidad que percibía como profesor de instituto. «La política local tiene una gran dosis de sacrificio y esfuerzo; estamos muy presionados por unos vecinos que tienen muchas carencias que el Ayuntamiento no puede solucionar por falta de financiación», enfatiza Márquez. Su pueblo tiene 19.500 habitantes y, para todos ellos, el alcalde siempre debe estar atento. «El otro día me llamaron a mi casa a las tres de la madrugada, porque en el recinto ferial había un concierto que se había excedido en la hora de finalización», señala.
Asevera que está en política por defender una ideología y unos principios, los de la coalición de izquierdas a la que pertenece. «Me alegra poder demostrar que otra forma de gobernar es posible, que se puede gestionar lo público desde la honradez». Una de sus armas preferidas es el diálogo y el consenso con los vecinos. «Siempre se puede encontrar un punto de encuentro», acota.
NATACHA RIVAS
Algarrobo (Málaga). PA
«No se debe ser alcalde más de 12 años»
Antes de 2007, a esta profesora de Matemáticas no le interesaba mucho la política. Pero le dolía que en su pueblo no se hiciera nada por fomentar la cultura ni por intentar atraer a más turistas ni por construir instalaciones para que los más jóvenes pudieran hacer deporte. Por eso, a sus 34 años, presentó su candidatura a la Alcaldía como número uno del Partido Andalucista. El resultado sorprendió a muchos: logró ser la lista más votada y desbancar al hasta entonces primer edil socialista, que había ganado todos los comicios en los últimos 24 años. Rivas lo tiene claro: «un alcalde no debería estar más de 12 años en el poder, porque te quedas sin ideas, te acomodas y pierdes las perspectiva de los problemas reales del municipio».
La regidora de Algarrobo, situado en la comarca malagueña de La Axarquía, no tiene ningún apego al sillón, aunque reconoce que un mandato es corto para poder desarrollar todos los proyectos.
Opina que, el único camino para gobernar un municipio pasa por «trabajar, trabajar y trabajar sin importarte las horas que le dedicas». Lo que más le frustra en estos momentos es no poder ayudar a las numerosas familias que lo están pasando mal a causa de la crisis económica. Sostiene que los casos de políticos imputados están haciendo mucho daño. «A mí me da mucha lástima, porque la gente generaliza y va diciendo por ahí que todos los políticos son iguales, y eso es rotundamente falso, pero pagan justos por pecadores», se lamenta.