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Los presos afganos podrán acudir a los tribunales estadounidenses

| WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Los presos de la base militar estadounidense de Bagram, en Afganistán, podrán recurrir a los tribunales de EE UU para cuestionar su detención, según dictaminó ayer el juez federal John Bates. El magistrado revertió así la postura mantenida por la Casa Blanca, tanto durante la anterior Administración Bush como por el actual presidente, Barack Obama, que negaba ese derecho a los prisioneros del país centroasiático.

Bates afirmó en un fallo de 53 páginas que tres presos extranjeros en la base que tiene la Fuerza Aérea de EE UU en Afganistán son «virtualmente idénticos» a los reclusos de Guantánamo y que, por tanto, tienen los mismos derechos legales. La Corte Suprema estadounidense sentenció en junio de 2008 que la Constitución garantizaba a los detenidos en la prisión cubana el derecho de recurrir sus casos ante la justicia federal.

Los tres presos que han obtenido ese derecho tras la sentencia del juez federal John Bates son Fadi al Maqaleh y Amin al Bakri, de nacionalidad yemení, y Redha al-Najar, de origen tunecino. Alegan que fueron capturados fuera de las fronteras de Afganistán, que llevan más de cuatro años sin haber sido juzgados y que no son «combatientes enemigos». Por ello, piden ser puestos en libertad. Bates consideró también la misma petición de un cuarto preso, Haji Wazir, pero al ser de nacionalidad afgana el juez se reservó este fallo al valorar que su liberación podría crear «fricciones» con su país de origen.

En la prisión afgana de Bagram hay unos 650 reclusos acusados de vinculaciones con el terrorismo y que no cuentan con ninguna garantía judicial, según diversas organizaciones defensoras de derechos humanos.