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ARANTZA QUIROGA presidenta del parlamento vasco

«Seguro que el PNV me pondrá las cosas difíciles, pero no me asusta»

«Este sí que es un Parlamento democrático, por fin nadie va a defender las ideas de ETA en la Cámara»

LORENA GIL
| VITORIAActualizado:

Es el rostro del cambio. Arantza Quiroga (Irún, 1973) fue elegida ayer presidenta del Parlamento vasco con los 38 votos del PP, su partido, y el PSE, frente a los 36 que obtuvo Izaskun Bilbao, la 'peneuvista' que le ha precedido en el cargo. Sabe que el reto es enorme, pero, acostumbrada a resistir, asegura no tener miedo.

-Si el 1 de marzo le dicen que va a presidir el Parlamento vasco...

-... no me lo creo, pero me dicen que vamos a mantener los 13 escaños y tampoco. Ha pasado todo tan rápido que no nos ha dado tiempo a saborear nada.

-Sustituye en el cargo a Izaskun Bilbao, alabada por todos los grupos. El listón está alto.

-Desde luego. Es una mujer metódica y muy trabajadora. Me alegra mucho que haya puesto el listón tan alto porque la de Atutxa fue una época oscura. Ella ha trabajado por dignificar el Parlamento, no se han dado patadas al reglamento y todos nos hemos sentido mucho más cómodos. Además, una de las virtudes de Izaskun es que ha tomado decisiones controvertidas en su propio grupo, y es es ser muy valiente.

-En sus hombros recae además la responsabilidad de ser la primera presidenta de la Cámara de Vitoria del Partido Popular.

-Es una responsabilidad importante porque tienes que hacer las cosas bien y por la carga emotiva que conlleva. He notado esta semana entre los afiliados y simpatizantes del partido la ilusión que tenían por el nombramiento. Para el PP es una manera de salir del ostracismo, de ese cordón que había hecho que pareciera que fuéramos unos apestados.

-¿Ya ha contratado a un profesor de euskera?

-Primero tengo que conocer cuál es mi nueva agenda y ver cómo puedo encajar las clases en ella.

-Una mujer con escolta presidenta del Parlamento de Vitoria, la imagen más clara de la realidad vasca.

-Por mucho que ETA esté más débil, matar es muy fácil. Lo importante es que desde el Parlamento y el Gobierno vasco tratemos de hacer todo lo posible para que la sociedad deseche la violencia como fórmula para conseguir objetivos políticos.

-¿Cree que la nueva configuración de la Cámara favorece la paz?

-No sé si se podrá conseguir en cuatro años, pero sólo el cambio es importante. Que un 'lehendakari' no sea ambiguo y no compare a víctimas con verdugos es fundamental, es una forma de decir que no se puede seguir seguir así.

-El reconocimiento a las víctimas ha sido uno de los pilares de su antecesora en el cargo. ¿Cómo valora su esfuerzo?

-Ha hecho un trabajo muy importante y hay que seguir por esa senda. Todavía queda mucho por hacer en aspectos como el amparo, los discursos, los homenajes a etarras...

-¿El Parlamento ha tardado mucho en escuchar a los afectados?

-Sí. Escuchas el testimonio de una víctima y enseguida piensas que a algunos se les debería caer la cara de vergüenza.

-Llega a la Cámara sin presencia del PCTV, algo sin precedentes.

-Éste sí que es un Parlamento democrático y plural. Están todas las ideas, también las 'abertzales' que no están de acuerdo con el uso de la violencia, como Aralar. Por fin nadie va a defender las tesis de ETA en la Cámara.

-¿Cuál cree que debe de ser la tarea del Parlamento vasco en una legislatura que se prevé convulsa?

-El PNV, como todos los partidos que pasan a la oposición, tiene aún la herida abierta, pero creo que para ellos es una oportunidad para regenerarse. Espero que sean capaces de dar la vuelta a la situación para que podamos llegar a acuerdos. Hay que recordar que PP y PSE tenemos un pacto de investidura, no de legislatura, y, aunque todos queremos que salga bien, somos conscientes de que somos partidos antagónicos y de que en algunos temas podemos llegar a entendernos mejor con el PNV.

-Parece, a priori, que el PNV le pondrá las cosas difíciles.

-Estoy convencida de ello, pero no me asusta ni me preocupa.

-¿Cree que el Parlamento está desprestigiada después de las polémicas de los últimos años?

-Sí, hemos estado hablando de tantas cosas que no le importan absolutamente nada a la sociedad, que pareció como si nosotros fueramos en una dirección y los ciudadanos en otra distinta.

-¿Cómo se le podría dotar de nuevo de credibilidad?

-Hay que tratar temas que afecten realmente a las personas.Sobre todo, en un momento en el que la gente no está para bromas.