La reina Isabel II de Inglaterra y su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, dan la bienvenida a Obama y su mujer. / EFE
Economia

Los líderes del G-20 preparan un mercado más regulado

Barack Obama reconoce que «EE UU no puede ser la única locomotora del mundo» para salir de la crisis

| CORRESPONSAL. LONDRES Actualizado: Guardar
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Los líderes políticos del G-20, que se reúne hoy en Londres, ofrecieron ayer en una serie de reuniones bilaterales el compromiso de seguir trabajando juntos en los próximos meses para encarar la grave crisis económica internacional.

La reunión más significativa fue la que mantuvieron el presidente de EE UU, Barack Obama, y a su colega chino, Hu Jintao, durante una hora. De lo tratado en ella, trascendió muy poco, pero, antes de iniciarla, los dos presidentes anunciaron que Obama ha aceptado la invitación de Jintao para visitar China en el segundo semestre de este año y la creación de un nuevo equipo de diálogo estratégico sobre asuntos económicos.

La relación de EE UU y China es considerada como la más relevante en el contexto de esta crisis, dado el desequilibrio de sus balanzas comerciales y las declaraciones contradictorias de algunos líderes de ambos países sobre la dirección que deben tomar las políticas de recuperación de la economía internacional. En los últimos días, ha habido advertencias de líderes chinos sobre el riesgo que significa el creciente déficit presupuestario de Washington para el valor de las enormes reservas en bonos del Tesoro americano que están en manos de las economías asiáticas y que se estiman en 1.6 billones de dólares.

El peligro de que EE UU esté tentado en destruir el valor de esa deuda mediante la inflación y la depreciación del dólar ha llevado a dirigentes chinos a sugerir la posibilidad de que una nueva divisa internacional sustituya al dólar como referencia. El secretario del Tesoro, Geithner, provocó una caída súbita del dólar al aceptar esa posibilidad, en un gesto que se interpreta como una declaración meramente oportunista.

Pero, ayer, los portavoces de Obama afirmaron que la cuestión de las divisas no se trató en la reunión. El acuerdo entre ambos sobre el futuro de la relación financiera y comercial entre ambos países aún está por desarrollar, pero, por el momento, concuerdan en la necesidad de que la respuesta a esta crisis exige una actuación pública coordinada para fomentar la demanda interna y en la reforma de la regulación del sistema financiero para ofrecer el horizonte de que una crisis de este tipo no se repetirá.

Débiles

Tras su reunión anterior con el anfitrión de la cumbre, Gordon Brown, Obama reconoció que «Estados Unidos no puede ser la única locomotora del mundo para recuperar el crecimiento», a la vez que manifestó que las diferencias entre los líderes del G-20 se están «exagerando grandemente». Se mostró «absolutamente convencido de que esta reunión reflejará el enorme consenso sobre la necesidad de trabajar de manera concertada para resolver los problemas».

La cumbre y su comunicado final reflejarán ese consenso 'blando' sobre el corto plazo, pero, tras rebajar las expectativas que se anunciaban hace tres meses sobre lo que se iba a lograr en Londres, los problemas difíciles quedan aplazados para el futuro.

La intriga la pone el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que ayer reiteró su rechazo a permanecer en la cumbre «si concluye con una declaración de falso compromiso, que no trata los problemas a los que nos enfrentamos». La canciller alemana, Angela Merkel, respaldó a su colega francés, afirmando: «Los líderes no deben evitar los problemas y llegar a compromisos débiles sobre el futuro de la constitución de los mercados financieros».

Francia y Alemania hablarán con una sola voz, dijeron más tarde Sarkozy y Merkel, y mientras otros países de la Unión Europea, entre los que se incluye España, insisten también en la idea de poner el acento en la regulación de los sistema financieros.