El autónomo iluso
Actualizado: GuardarA uno de los políticos de más fuste y sustancia, el presidente de Extremadura Guillermo Fernández Vara, le preguntaron cuándo creía él que saldríamos de la crisis y cuáles serían los signos que avisarían que tal cosa estaba sucediendo. No se lo pensó mucho y respondió de esta forma: Cuando veamos al colectivo de autónomos que empieza a respirar, será el momento de pensar que las cosas empezarán a cambiar. Fernández Vara estaba diciendo muchas cosas a la vez, y todas muy importantes. La primera, sin duda, que la economía española se parece mucho a la propia estructura de este colectivo menesteroso y sufridor. Les pasa como a mi cuando alguien me pregunta sobre la radio de dentro de diez años y les contesto así: «Dime cómo será España y te diré como va a ser la radio de dentro de dos lustros».
Esta claro que es imposible pensar nuestro país sin pensar en uno de sus motores, no sé si mejor que otros, en todo caso igual que el que representan aquellos que pasan por ser grandes empresarios.
Ellos, nuestros amigos los autónomos, lo saben y sin embargo apenas son conscientes del valor de la moneda que guardan en su mano. Están tan acostumbrados a pensar lo suyo que no reparan en lo que lo suyo significa e importa. Punto Radio se lo está recordando cada día, cada minuto, cada instante. Lo hacemos convencidos de que sólo las cosas que se creen justas albergan la suficiente energía para ser verdad. Ya sé que son tiempos difíciles, para la lírica, para el periodismo, para el taxi, el arquitecto, el mecánico o el camionero.
Tengo estos días en que tanto nos afanamos en hacer visible este mundo de los autónomos algunas quejas. Son oyentes que me dicen que hay parados, padres desempleados de larga duración, jóvenes sin haber trabajado nunca y que ellos también merecen apoyo y atención. Les digo que sí, y les digo también que saben que el programa De Costa a Costa tiene a gala estar hecho y pensado en la arena, cuando no en el barro de la realidad. Y les digo también que un parado no tiene más ilusión que la de encontrar un nuevo empleo. Y les digo que un autónomo tiene otra muy distinta: la ilusión de salir adelante y colocar a ese parado en su pequeña empresa. La ilusión de crecer. De soñar. De perder. Y de ganar.