Afganistán acerca a EE UU e Irán
Teherán se suma en la Conferencia de La Haya a la estrategia de Obama para pacificar la violenta región
| ENVIADO ESPECIAL. LA HAYA Actualizado: GuardarLa comunidad internacional está determinada a conseguir que Afganistán deje de ser un peligro para él mismo y para el resto del mundo. El objetivo de la anterior Administración estadounidense, presidida por George W. Bush, -construir un Estado democrático y próspero, donde a comienzos de la década reinaban prácticas medievales, en un territorio devastado por las guerras- ha sido sometido a una profunda revisión a la baja, cuyos perfiles comenzaron a vislumbrarse ayer en La Haya, en la conferencia sobre el país centroasiático auspiciada por EE UU bajo cobertura de la ONU.
No se habló de acciones militares. Pertenecen a otro ámbito -el de la OTAN o el Pentágono- y serán objeto de consideración en la cumbre que la Alianza celebrará a finales de semana en Estrasburgo y Kehl. De lo que trataron ayer el casi centenar de delegaciones sentadas a la gigantesca mesa del World Forum fue de estrategias civiles para impedir que los logros militares se pierdan en el caos o del vacío que los bombardeos dejan detrás. De formar a policías para actuar en la calle, que combatan a los delincuentes que expolian patrimonios mal guarnecidos. Y de luchar contra el floreciente negocio de la droga, que tiene en la amapola afgana el principal proveedor mundial de heroína. Todo en el marco de un plan, que se denomina ya «regional», en el que el vecino Pakistán se encuentra plenamente contemplado, aunque las acciones bélicas se detengan, oficialmente, en su frontera.
El borrador de comunicado de la cumbre destacaba «la importancia de una lucha decidida contra el terrorismo y la violencia extremista en Afganistán y la eliminación de santuarios de Al-Qaida y de otras redes terroristas dondequiera que se encuentren». El ministro de Exteriores de Islamabad recordaba que esas operaciones deberían efectuarse «con respeto a la integridad territorial de Pakistán». La semana que viene, según el titular español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, tendrá lugar en Ankara una reunión de los servicios de información paquistaníes, afganos y turcos para ver la manera de estructurar las nuevas actuaciones contra Al-Qaida.
Moratinos reconoció que se exploran con Francia, Portugal, Italia o Holanda vías para materializar la propuesta gala de enviar unidades de gendarmería (guardias civiles, 'carabinieri') a la zona. Una acción común de la UE parece descartada por su difícil ejecución.
La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, abrió formalmente la vía para recortar capacidad ofensiva a los talibanes haciéndose eco de ideas ya expresadas por Obama. «Deberemos apoyar los esfuerzos de Kabul para separar a los extremistas de Al-Qaida y los talibanes de aquellos que se han sumado a sus filas no por convicción, sino por desesperación, que son, de hecho, la mayoría de los que combaten en el bando insurgente», destacó Clinton. Posteriormente, añadió que la cita de La Haya ha sentado las bases para «un nuevo comienzo para el pueblo afgano».
Apoyos
Además de una «salida honorable» para esos combatientes, lo que constituye una vieja pretensión del presidente afgano, Hamid Karzai, la conferencia se concentró en la reconstrucción del país o la formación de policías. La relevancia que esas acciones cobran en la nueva estrategia de la Administración de EE UU para Afganistán fue muy bien acogida por los representantes europeos y asiáticos.
El ministro ruso de Exteriores, Sergéi Lavrov, dijo que «nunca tanto como ahora ha sido necesario un planteamiento global. Necesitamos combinar medidas antiterroristas y socioeconómicas para reconstruir el país. Rusia está dispuesta a participar».
Irán, cuya presencia en la conferencia ponía término a 30 años de distanciamiento de EE UU, acogió con satisfacción la idea de que la pacificación de Afganistán requiere el concurso de todos los países vecinos.