Muamar Gadafi. / AFP
MUNDO

Los líderes de la Liga Árabe se unen para defender al presidente de Sudán

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Como en las mejores familias, los líderes árabes saben aprovechar las grandes reuniones del clan para airear trapos sucios. La inauguración de la XXI Cumbre de la Liga Árabe ayer en Doha, la capital qatarí, demostró que sus miembros siguen tan divididos como siempre, ya sea por la influencia de Irán en la región o por la ofensiva militar israelí contra Gaza el pasado enero. En lo único que parecieron ponerse de acuerdo fue en su apoyo unánime al presidente de Sudán, Omar al Bashir, sobre el que pende una orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y lesa humanidad. Los jefes de Estado árabes también condenaron en su declaración final la «brutal» agresión israelí sobre Gaza.

En la reunión destacaron las ausencias de los líderes de Egipto, Marruecos, Argelia y Omán, lo que ha hecho más evidente el fraccionamiento de la Liga Árabe. Por un lado, se encuentra los estados «moderados» de la región, con Egipto y Arabia Saudí, suníes y recelosos de la influencia que Irán ejerce sobre países como Siria, Irak y grupos como Hezbolá en Líbano, Hamás en Gaza y algunos países del golfo. Y por otra parte, los estados que consideran a Teherán un amigo de la región.

Muamar Gadafi, el líder libio, volvió a hacer ayer una buena demostración de cómo amenizar una cumbre. El «guía de la revolución» interrumpió un discurso pronunciado por el emir de Qatar para insultar al rey de Arabia Saudí, Abdulá bin Abdelaziz, con el que lleva enfrentado desde 2003. «Siempre está mintiendo y ahora está usted ante la tumba», declaró líder libio dirigiéndose al rey Abdalá. En la declaración final del encuentro, la Liga Árabe rechazó en bloque la orden de arresto contra Al Bashir y respaldó a Sudán. Los líderes optaron por «las gestiones que está llevando a cabo Qatar para la paz en Darfur, con la coordinación de la Unión Africana y la ONU» como solución al conflicto. Al Bashir desafió la orden de la CPI viajando a Qatar. Allí se vio cara a cara con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien le pidió en su discurso ante los líderes árabes que readmitiera a las 13 ONG que expulsó del país después de que la justicia internacional ordenara su arresto. En su réplica, Al Basir defendió su decisión y señaló que las ONG habían mentido a la CPI sobre la situación de Darfur.