El PSOE redobla los contactos con CiU y CC para dar más estabilidad al Gobierno
José Blanco se reúne con los portavoces de los nacionalistas catalanes y canarios en busca de nuevos aliados parlamentarios
| COLPISA. MADRIDActualizado:Descartado el PNV, al menos hasta que supere el enfurruñamiento de perder el Gobierno vasco, el PSOE busca acuerdos con las fuerzas nacionalistas moderadas del Congreso como CiU y Coalición Canaria para no depender sólo de los grupos de izquierda en la tarea de dar estabilidad parlamentaria al Gobierno. El vicesecretario general de los socialistas, José Blanco, se ha reunido «varias veces» en las últimas semanas con el portavoz de la federación catalana, Josep Antoni Durán Lleida, y lo hará en breve con la representante de los insulares, Ana Oramas.
El número dos del PSOE restó importancia a esta precariedad en las alianzas y ayer aseguró que «la estabilidad del Gobierno goza de muy buena salud». La realidad, sin embargo, es otra, según se admite desde la propia dirección del Grupo Socialista en el Congreso. El pleno de cada semana es un sinvivir en la búsqueda de apoyos de unos y otros con precios, a veces, muy caros. Y eso que el Gobierno todavía no ha hecho llegar a la Cámara Baja proyectos de peso, en los que esté en juego su programa electoral. La única ley relevante que ha pasado por el hemiciclo fue la de Presupuestos del año pasado, que el Ejecutivo salvó 'in extremis' con el PNV y el Bloque Nacionalista Galego.
Margen de maniobra
Para cuando llegue el momento de los proyectos emblemáticos, los socialistas intentan tejer una red de alianzas para no depender de ningún grupo en exclusiva. Blanco, y también el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, se han reunido con Durán Lleida, pero saben que el margen de maniobra del dirigente democristiano de CiU es limitado. La predisposición de Durán al acuerdo está fuera de toda duda, según admiten los socialistas, pero su problema radica en que el líder de la federación, Artur Mas, no está la misma onda y ha apostado por el no entendimiento con el PSOE.
Los nacionalistas catalanes han hecho 'casus belli' de la financiación autonómica y condicionan todo a que se llegue a un «buen acuerdo» financiero con la Generalitat de Cataluña. Pero el Ejecutivo y los socialistas están convencidos de que CiU, aunque se logre un pacto sobre el futuro sistema, no dará su visto bueno ni aceptará las cifras. La federación nacionalista tiene la vista puesta en las elecciones autonómicas catalanas de 2010, y hasta entonces el PSOE no se hace ilusiones sobre su colaboración.
Blanco, con todo, es optimista. Recuerda que CiU ha sido un socio parlamentario más fiable que el PNV y precisa que en las votaciones de la pasada legislatura los nacionalistas catalanes apoyaron en más ocasiones a los socialistas que los vascos. Con este precedente y la disponibilidad de Durán a pactar, el número dos del PSOE confía en contar con el voto de los diez diputados de la federación para determinados proyectos, sobre todo para los de corte económico.
El vicesecretario general de los socialistas también tiene en su agenda verse con la portavoz parlamentaria de Coalición Canaria. Sus dos diputados podrían parecer testimoniales, pero la orfandad en la que se mueve el Gobierno aconseja no desdeñar nada. Ni siquiera el hecho de que los nacionalistas insulares tengan como socios en el Ejecutivo autónomo al PP es una rémora para buscar pactos. El PSOE, explicó Blanco tras la reunión de la comisión ejecutiva de su partido, está resuelto a entenderse «con todas las fuerzas que estén en disposición de acordar». Los nacionalistas canarios, además, siempre han mostrado predisposición a entenderse con la fuerza que gobierna en Madrid, con independencia de su color político, recuerdan en el grupo socialista.
Los devaneos con CiU y CC no implican que los socialistas vayan a desatender el flanco de la izquierda. La metodología de las reuniones semanales con los portavoces de Esquerra, IU e Iniciativa per Catalunya, olvidada hasta hace algunas semanas, ha empezado a dar sus frutos y los socialistas ya han ganado más de una votación en el pleno del Congreso gracias a sus cinco diputados, aunque también hayan ayudado algunas ausencias del PP.
Sin cambios
La complicada situación parlamentaria que vive el PSOE no va a hacer cambiar de opinión a José Luis Rodríguez Zapatero, decidido a mantener la estrategia de la aritmética o geometría variable. El presidente del Gobierno está convencido de que el acuerdo estable con Esquerra Republicana e IU en la pasada legislatura no fue una buena experiencia y defiende que la centralidad de los socialistas es más visible con los pactos a varias bandas.
El problema es que los dos grupos nacionalistas moderados, los que aseguran al PSOE la mayoría parlamentaria (CiU, con sus diez escaños, y el PNV con seis), no están dispuestos por diferentes motivos al entendimiento con los socialistas.
Las dificultades para lograr este respaldo, por tanto, están cantadas. El grupo gubernamental pasará una nueva prueba en el pleno de la Cámara Baja de hoy que debe debatir y votar tres iniciativas del PP sobre las medidas para reducir la morosidad, las facturas de consumo eléctrico y el aumento de las deducciones en el IRPF por nacimiento o adopción. Las negociaciones, como en anteriores semanas, se exprimirán hasta ultima hora.