
Argentina vence a los fantasmas
El nuevo régimen acepta a los homosexuales y anula la pena capital con uno de los códigos más avanzados de Latinoamérica
| BUENOS AIRES Actualizado: GuardarCuando todavía hay militares argentinos rindiendo cuentas ante la justicia federal por violaciones a los derechos humanos en los años de la dictadura (1976-83), las nuevas Fuerzas Armadas no sólo están comprometidas con el régimen democrático y el respeto a la voluntad popular sino que también han abandonado su tradicional homofobia para aceptar a homosexuales en sus filas. Este mismo mes entró en vigor un nuevo régimen de justicia castrense considerado muy avanzado en América Latina. La nueva norma, aprobada por el Congreso argentino, no sólo elimina el fuero especial para juzgar a uniformados, también destierra la pena de muerte y el castigo a la homosexualidad.
Los delitos relacionados con el apartado militar se han incorporado al Código Penal ordinario. Ahora, para la justicia, los militares son ciudadanos comunes, sólo que los magistrados tendrán bajo su consideración un nuevo régimen disciplinario para los uniformados que sanciona, entre otros delitos, el acoso sexual y la discriminación, además de establecer multas para las faltas.
Sin derechos
Aunque parezca arcaico, hasta ahora los militares eran juzgados por sus pares y no tenían derecho a un abogado. El acusado carecía de garantías de un juicio justo. En ese ámbito tampoco había fiscales lo que generaba serias arbitrariedades. Los jueces castrenses cumplían al mismo tiempo el papel de acusadores y el castigo previsto para los delitos más graves era la pena capital, que no existe en la justicia ordinaria argentina.
Desde ahora, ante un delito común, los militares se someterán a los tribunales federales y apelarán ante ellos las sanciones impuestas. La homosexualidad no será perseguida, las faltas leves merecerán un apercibimiento o multas pecuniarias y para faltas gravísimas se prevé la destitución, no la muerte.
Los organismos de derechos humanos, con un discurso habitualmente contrario a los militares que actuaron con salvajismo en los años 70, saludan estos cambios que colocan a los uniformados bajo el amparo de la Constitución. La reforma es considerada de vanguardia en América Latina. En la región hay países en los que no sólo está vigente la justicia militar especial sino que ese fuero puede procesar incluso a civiles. En otros hay delitos comunes bajo la órbita castrense.