Opinion

Faroles de generosidad nazarena

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La historia devocional de la Semana Santa Jerezana, siempre ha estado alumbrada por los faroles de las Hermanas de Jesús.

Ellas, las mujeres pertenecientes a todas las clases sociales, han sido las que han permanecido fieles durante siglos cumpliendo con promesas nacidas de unas esperanzas motivadas por padecimientos, necesidades o profundas gratitudes.

Nadie mejor que una madre, María la Madre de Jesús es el ejemplo más sublime, puede sentir y expresar los dolores que producen los hijos, especialmente, cuando las únicas soluciones en las que confían, son las que encuentran con sus oraciones acompañando a Jesús y alumbrando su caminar con sus faroles en la madrugada más triste de la historia.

Han sido las Hermanas de Jesús quienes han ofrecido el mayor testimonio de fe y fidelidad al Señor de sus devociones, porque a pesar de padecer muchas necesidades del cuerpo y del alma, nunca han desfallecido, ni se han dejado vencer por la desesperanza, de tal manera que cuando llega la Noche de Jesús, desde los barrios más lejanos y pobres de Jerez, las Hermanas, padeciendo hambre y frío, cogerán sus faroles y gimiendo y llorando en sus valles de lagrimas, llegarán hasta San Juan de Letrán, dispuestas a continuar sus acostumbrados y diarios vía crucis penitenciales para cumplir sus promesas.

No les importarán, sus muchas necesidades que sufren en sus hogares diariamente, para que, esa trágica noche, igual que sus madres y abuelas, confiaran en las luces de sus faroles y las fuerzas de sus devociones, porque, en este duro sacrificio penitencial, encuentran alivio de sus penas y sufrimientos.

Cuando la crisis económica se ensaña sobre los más débiles, son las amas de casa, las que más sufren las muchas dificultades de no poder atender y cubrir las necesidades más perentorias de sus humildes hogares, por lo que el desembolsar el importe de papeleta de sitio y recoger su farol, es un esfuerzo tan grande para muchas Hermanas de Jesús, que solo Él sabe valorar el sacrificio que supone para ellas hacerse con sus faroles.

Por eso esta Semana Santa, la Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, consciente por la difícil situación económica que sufren la mayoría de sus Hermanas, no les cobrará este año sus faroles.

Es mucho más importante para la Hermandad, que sus Hermanas y Devotas alumbren más que nunca el divino rostro de su Jesús en la Noche que lleva desde hace siglos su Bendito Nombre.

Cuando la oscuridad se ha adueñado de muchos corazones, es cuando las Hermanas de Jesús volverán a iluminar con sus faroles las calles de Jerez, testimoniando un año más, como son las mujeres las que siempre permanecen fieles junto al Señor y a imitación de María, su Santa Madre, aunque vayan traspasadas, por las injusticias humanas, jamás apagarán sus faroles.