Las cofradías, en estado de alerta
El temor se ha apoderado de nuestras corporaciones, que mejoran en estas semanas las medidas de seguridad de sus sedes canónicas y casas de hermandad
Actualizado:Las alarmas se han disparado en el seno de nuestras hermandades y cofradías debido a una serie de robos y asaltos a las sedes de las corporaciones que, aunque están de actualidad debido a los actos vandálicos registrados en San Lucas y San Mateo en esta semana, se remontan a años atrás en los que una serie de robos alertaron a los párrocos y hermanos mayores de la diócesis.
Y es que pese a que se dice que no son profesionales, que no tienen preparación puesto que roban piezas de escaso valor dejando de lado otras mucho más valiosas, lo cierto y verdad es que pese a los esfuerzos de la Policía científica no se ha identificado a los autores de los robos que llevan años produciéndose en nuestros templos. A principios de semana, unos ladrones consiguieron forzar la puerta de la sacristía de San Lucas, accediendo a las dependencias de la hermandad de las Tres Caídas y de Nuestra Señora de los Dolores.
Pese a que en las vitrinas de esa sala había piezas de un valor incalculable, como la saya de Esperanza Elena Caro o el banderín de Belén, los ladrones apenas acertaron a llevarse las cantoneras de salida del Cristo de las Tres Caídas, una campana muñidora y el llamador del paso de palio, piezas todas de un gran valor sentimental pero de escaso valor material. Lo curioso es que esa misma noche, también se intentó forzar las dependencias de la iglesia de San Mateo, aunque sin consecuencias ni para la sede histórica jerezana como para la hermandad de San Mateo, a la que no sustrajeron pieza alguna.
Los antecedentes.
Sin embargo, en el seno de nuestras corporaciones nadie duda que no se deben aislar estos acontecimientos de principios de semana de los que ocurrieron hace apenas quince días en la casa de hermandad de la Defensión, donde unos desconocidos entraron de noche en la sede de la hermandad del Martes Santo aunque no encontraron nada de su interés.
Y si nos remontamos a años pasados, por estas mismas fechas la iglesia de San Miguel fue también asaltada, también de noche y también entre semana, por unos ladrones que apenas se llevaron el dinero del cepillo del Santo Crucifijo, dejando al margen piezas de indudable valor histórico y monetario, y la iglesia de San Juan de los Caballeros sufrió las mismas consecuencias que las sufridas esta semana por San Lucas y San Mateo.
En todos los casos, los métodos para forzar los accesos a las sedes canónicas fueron similares, las horas las mismas, y las fechas idénticas, lo que parece dejar bien claro que en estas épocas de crisis, y debido a la necesidad, la Iglesia se ha convertido en un foco de atención para estos desconocidos que están sembrando el miedo entre las hermandades, aunque bien parece que lo único que buscan es dinero en efectivo. Así que bien haríamos todos en cuidar lo nuestro, que no es poco, y no es malo.