Un mal estreno bajo la larga sombra de Emilio
El medio centro sevillano del Xerez debuta como titular en el Municipal de Chapín en un encuentro al que le costó entrar y en el que fue de menos a más
| JEREZActualizado:Tener que cubrir la baja de un jugador tan importante en los últimos meses para el Xerez como Emilio Viqueira puede ser una losa importante para cualquier jugador. Las piernas tiemblan y la capacidad de reacción disminuye sólo pisar el terreno de juego. El medio centro gallego se ha perdido ya cuatro partidos en los que Esteban no ha dado con la tecla en la medular. Primero fue Jorge Luque que perdió la titularidad, tras dos partidos, con la derrota ante la Real. El malagueño le dio la alternativa a Bergantiños en Las Palmas, quien perdió el sitio ayer en detrimento del sevillano Abel Gómez. El azulino no tuvo un buen debú como titular. Los datos fueron buenos -sólo once errores en las 49 transiciones de balón que hizo el xerecista-, aunque sí que es cierto que fue de menos a más.
Y es que Ponzio fue el encargado de tapar a Abel y sólo cuando éste fue expulsado el 25 del Deportivo se sintió a gusto sobre el verde de Chapín. Para muestra, un botón. El primer pase en largo que intentó el jugador acabó saliendo por banda. Además, la primera mitad el azulino se contagió del respeto al rival que tenía todo el equipo, intentando el pase en profundidad en muy pocas ocasiones (5), fallando tres de ellos.
En la segunda mitad, y con las pilas más cargadas, Abel comenzó a parecerse a aquel jugador que ascendió con el Real Murcia. Todos los lanzamientos a balón parado -botó tres saques de esquina en la segunda mitad- eran responsabilidad suya y Esteban lo colocó más pegado a los atacantes, dejando a Moreno los galones defensivos.
Empate y expulsión
Además, el azulino también demostró que la calidad no está reñida con el trabajo. El sevillano recuperó nueve balones, y en uno de ellos provocó la expulsión de Ponzio. Fue entonces, sin la sombra del argentino pegada a él, cuando Abel comenzó a ofrecerse a sus compañeros. La salida del balón era tarea de Moreno, por lo que las transiciones eran más lentas o se basaban en el pase en largo. El último detalle, un gran pase a Bermejo que marcó, aunque la acción fue anulada por el auxiliar.
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