«Ese río no es de Andalucía»

Esperanza Oña tuvo que leer varias veces la respuesta, porque pensaba que se trataba de una broma. Ocurrió en una legislatura pasada. Preguntó a la Consejería de Salud por los planes para incrementar la plantilla sanitaria en las zonas turísticas de la costa andaluza de cara a la época estival. «Y la respuesta decía -explica la portavoz popular- que si los turistas han viajado a Andalucía de vacaciones es porque están sanos y si están sanos no necesitan médicos».

El asesor de la Consejería de Medio Ambiente estaba casi seguro, pero no quería preguntar mucho por si acaso. Lo comprobó una vez más. En efecto, las obras hidráulicas del afluente por el que interpelaba un parlamentario del PP no eran competencia de su departamento, sencillamente porque el torrente en cuestión estaba en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Y así constó en la contestación:«Señoría, ese río no está en Andalucía»

Estos son dos ejemplos de los gazapos que se comenten en un lado y en otro a la hora de plantear y responder a tanta cuestión parlamentaria. Son, obviamente, excepciones, aunque frecuentes. A Gaspar Zarrías, vicepresidente primero, le reprocharon, por ejemplo, las actividades de su hermano cuando él, en realidad, es hijo único.

Las malas formas también impregnan algunas contestaciones que debían tener, cuando menos, otro tono. Oña recuerda cómo en una comisión parlamentaria interpeló al Gobierno sobre las deudas de los ayuntamientos. «Cuando llegó la hora de votar, algunos parlamentarios socialistas se habían ausentado yo les dije: al final nos vais a tener que pagar las deudas a los ayuntamientos».