Sociedad

Hyundai presume

El ix55 es un todocamino de gran tamaño con siete plazas distribuidas en tres filas de asientos

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Fiel a su declarada ambición de ocupar todos los segmentos del mercado en Europa, Hyundai acaba de poner a la venta en España el SUV de lujo ix55, que llega dispuesto a presentar batalla a las marcas Premium, como BMW X5, Nissan Murano, Volvo XC90, VW Touareg, entre otros. Y argumentos para lograrlo no le faltan: se trata de un todoterreno de gran tamaño con siete plazas distribuidas en tres filas de asientos, un propulsor diésel V6 de 240 caballos de potencia y un amplísimo equipamiento de lujo. Su precio se sitúa en 47.000 euros.

Este nuevo modelo no es otro que el Veracruz que circula desde hace más de un año por EEUU, donde lleva vendidas más de 32.000 unidades. Con el ix55, Hyundai corona su oferta de vehículos 4x4, que se inicia desde abajo con el compacto Tucson y tenía su tope, hasta ahora, en el SUV medio Santa Fe.

Y sobre la plataforma de éste último se erige el ix55, con una longitud de 4,84 metros y una anchura de 1,97 metros y una altura de 1,80, dimensiones que le equiparan con pesos pesados del segmento.

El ix55 ofrece una imagen atlética. Destacan sus líneas suaves y nada estridentes, un frontal con mucha personalidad, con una rejilla del radiador dinámica y faros de alta intensidad. Atrás llama la atención un portón eléctrico amplio, grupos de luces que se amoldan a la curvatura lateral, spoiler trasero con tercera luz de freno y dos tubos de escape ovalados integrados con estilo a la zaga.

Dentro del lujoso interior, con profusión de detalles en aluminio y madera, se aprecia que Hyundai ha echado el resto intentando procurar un salón rodante. Así, hay que considerar refinamientos como acceso y arranque sin llave, asientos eléctricos, volante y retrovisores con memoria, radio RDS con MP3, climatizador bizona, volante multifunción en cuero, palanca de cambios forrada en cuero, guantera refrigerada, sensor de lluvia y aparcamiento, llantas de aleación de 18 pulgadas, lunas traseras tintadas, faros de xenón, techo solar de apertura eléctrica, entro otros detalles.

En cuanto a seguridad, el ix55 lleva, de serie, airbag frontales, laterales y de cortina; control de estabilidad (ESP) y de tracción (TCS), cinturones delanteros, barras de protección lateral, etc. La única opción que oferta es el navegador (1.000 euros).

El motor diésel 3.0 V6 CRDi limita su velocidad, de manera electrónica, a un tope de 200 km/h. Su consumo no es nada espectacular, dado que la marca anuncia una media de 9'4 l/100 km, algo que, a igualdad de caballaje y cilindrada, le deja por detrás de mecánicas más frugales como el 320 CDI del Mercedes ML o el BMW X5 3.0d. Donde sí descuella este ix55 es en respeto por el medio ambiente, ya que presume de una emisión de CO2 por debajo de los 250 gr/km, algo que muy pocos de sus equivalentes logran igualar. Monta una caja automática secuencial de seis velocidades.

A la hora de colocarse al volante, el Hyundai ix55 recoge con acierto la espalda del conducto con un asiento que envuelve perfectamente el cuerpo y una postura que permite llegar sin dificultad a todos los mandos. La adaptación al Viejo Continente no se ha quedado en lo puramente nominal, sino que también ha sido revisado el tarado de suspensiones para lograr un comportamiento más brioso y atlético.

Tiene una caja de cambios automática de seis velocidades (al igual que el Veracruz). No tiene reductora; por ello, y porque su altura libre al suelo no es grande (185 mm), no está pensado para un uso intenso por el campo. La potencia del motor diésel (240 CV) resulta suficiente para mover el coche con una agilidad notable y con bastante nervio. Sobre asfalto las suspensiones le dan una suficiente estabilidad mientras que absorbe bien las irregularidades de las pistas sin asfaltar. Efectivamente, en carretera, el comportamiento no desmerece, ni por el peso que desplazamos, ni por el concepto SUV ya que se mitiga el balanceo al actuar el ESP rápidamente.