50 muertos para el 'plan Obama'
Un kamikaze se inmola en una mezquita de Pakistán fronteriza con Afganistán el mismo día que EE UU triplica su ayuda al país para luchar contra el terrorismo
Actualizado: GuardarLa insurgencia paquistaní recibió la nueva estrategia de Barack Obama con un atentado suicida que se cobró la vida de 50 personas e hirió a otras 170, según fuentes policiales. Un kamikaze se inmoló nada más comenzar el rezo del viernes en una mezquita de la localidad de Jamrud, situado en la región de Khyber en plena provincia de la Frontera del Noroeste. En el templo había en esos momentos unas 300 personas y debido al alto número de heridos, las autoridades locales temen que el número de víctimas pueda incrementarse en las próximas horas.
A diferencia de lo que suele ser habitual en este tipo de ataques, ningún grupo se atribuyó la autoría durante toda la jornada. Jamrud es uno de los puntos de paso clave de los convoys de la OTAN hacia Afganistán y junto a la mezquita se encuentra un puesto de control reforzado recientemente tras la cadena de ataques sufridos en esta ruta por los vehículos que transportan mercancías para las fuerzas de la alianza. Según los medios paquistaníes, el móvil del ataque podría ser acabar con la vida de los miembros de la administración, paramilitares y policías del puesto de control que en ese momento se encontraban orando en el interior de la mezquita.
Ataques
Tariq Hayat Khan, gobernador de la región de Khyber, señaló que «resulta increíble que esos que hablan en voz alta de yihad, luego cometan atentados en mezquitas. Son infieles, enemigos de Pakistán y enemigos del Islam».
Pakistán vive inmerso en una escalada de violencia que el Gobierno de Zardari ha intentado detener mediante la negociación directa con los líderes de la insurgencia. Islamabad ha alcanzado un acuerdo en el valle de Swat, donde sus ciudadanos viven desde hace unas semanas bajo la 'sharia'. A cambio, los militantes de este valle próximo a la capital han dejado de atacar al Ejército.
En las áreas tribales y en las regiones más cercanas a la frontera afgana, como Khyber, sin embargo, esta fórmula no funciona y los líderes tribales parecen más fuertes que nunca en su lucha contra Islamabad y contra las fuerzas de la coalición, que desde hace medio año atacan con misiles lanzados desde aviones no tripulados objetivos en Pakistán.
Pese a tener a los líderes talibanes y de Al-Qaida en el punto de mira, estos ataques han causado muchas víctimas civiles y son motivo de una fuerte presión social para las autoridades de Islamabad que tienen la complicada labor de compaginar las exigencias de Washington -que desde ayer triplica su ayuda económica para la lucha contra el terrorismo- con el marcado sentimiento antiamericano de los ciudadanos.
El pasado 20 de febrero murieron 30 personas y varias decenas resultaron heridas en un atentado suicida perpetrado durante un funeral chií en Dera Ismael Khan, también en la provincia de la Frontera del Noroeste. Las víctimas acudían al entierro de un hombre que fue tiroteado el día anterior. Tras la explosión, decenas de personas enfurecidas atacaron un puesto de control policial cercano y comenzaron a lanzar piedras y destruir vehículos en la zona. Se trató de una acción de violencia sectaria que, sin embargo, no parece el móvil del ataque contra la mezquita de Jamsur, ya que ésta es una zona exclusivamente suní.
Casi ocho mil personas fallecieron en 2008 en diferentes episodios de violencia en Pakistán, donde se registraron más de dos mil actos de terrorismo, según un reciente informe de un grupo de estudios geoestratégicos.